Por Roberto Castelán López

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Está presente en Estados Unidos, en casi todo México, países de Centroamérica y de Sudamérica, hasta la provincia de Buenos Aires en Argentina. El principal factor limitante en su migración es la temperatura. No tiene la capacidad de resistir grandes heladas y tampoco puede estar en una zona árida ya que depende de los cuerpos de agua. Es la única especie presente en Jalisco.  Actualmente su población es estable, y no es considerada una especie amenazada por el hombre.

Fotografía de Andrew Hoffman, tomada de naturalistas.mx

Sin embargo, tiene altos índices de mortandad, sobretodo en lugares cercanos a caminos o a carreteras, donde se les puede llegar a ver atropellados. También tiene un gran número de depredadores, de los cuales en Jalisco destacan los felinos salvajes como el puma o el lince, los coyotes, las aves rapaces, y últimamente se ha enfrentado al mejor amigo del hombre, el perro. No obstante, compensan este alto índice de muertes con un alto índice de natalidad. Su temporada reproductiva llega en el verano.

Las características de los armadillos son muy fáciles de distinguir, su piel está cubierta de placas osificadas recubiertas a su vez por una capa queratinosa. A estas placas se les conoce como osteodermos, y están presentes de manera convergente en muchos otros animales. A pesar de parecer estructuras muy rígidas, les  permiten un amplio grado de flexibilidad mientras están protegidos. Estas escamas queratinosas están presentes en cuerpo, cabeza y cola.

Fotografía de Juan Cruzado Cortés, tomada de la página naturalistas.mx

Es una especie muy adaptable a casi todo tipo de hábitat. Principalmente lo encontramos en bosques o pastizales, donde se alimenta de pequeños invertebrados, que encuentra con su excelente olfato. Este animal construye su madriguera bajo tierra.