Berlín, Alemania.
El número de discotecas en Alemania se redujo casi a la mitad en diez años, mientras cada vez más jóvenes parecen huir de los excesos, lo que podría ser la sentencia de muerte para la vida nocturna no solo en Berlín, sino también en:
- Fráncfort
- Leipzig
- Colonia
- Stuttgart
- Hamburgo
- Múnich.
Las noches de Berlín están "llenas de una constante búsqueda de diversión y entretenimiento", "tan coloridas, tan palpitantes, tan calientes", según una descripción de hace cien años. Así las catalogaban en los años 20 dorados del siglo pasado en una de las guías de viaje más populares de la época.
El mito de Berlín como la metrópoli de las fiestas también se mantuvo vivo en las últimas décadas.
A partir de 1978, el barrio berlinés de Schöneberg albergó el legendario "Dschungel", donde también salieron de fiesta David Bowie e Iggy Pop. Después de la reunificación alemana hubo mucho sexo, drogas y música electrónica, sobre todo en el antiguo Berlín Este. Hipnóticos sets de los DJ's, cuartos oscuros, nudismo en las pistas de baile.
En los años 20 actuales, sin embargo, la capital alemana teme hundirse en el silencio.
Clubes nocturnos como el "Wilde Renate" o el "Watergate" están cerrando. La Comisión de Clubes de Berlín advierte de la posible desaparición de otros lugares nocturnos. Según una encuesta, casi la mitad de los clubes miembros encuestados piensa cerrar en 2025.
El descenso del número de visitantes, el aumento de los costes y la falta de ayudas estatales amenazan el futuro de la escena nocturna, advirtió la organización que representa los intereses de más de 100 clubes berlineses.
Las cosas tampoco parecen ir bien en el resto de Alemania. La asociación federal de locales de música LiveKomm publicó una encuesta según la cual casi dos tercios de los clubes encuestados se ven en una situación económica aún peor que hace un año.
Alrededor de una sexta parte piensa cerrar en los próximos doce meses.
La Asociación Federal de Discotecas y Locales de Baile Alemanes (BDT) tiene otra mirada. "No puedo confirmar que las discotecas estén en declive agudo", dijo la portavoz Aurélie Bergen.
Sin embargo, el sector se enfrenta a grandes retos: "El aumento constante de las tarifas del impuesto por los derechos de reproducción de música, el incremento general de la burocracia, los efectos del salario mínimo, la normativa anticuada y rígida sobre las horas de trabajo".
Además, los servicios de streaming y las redes sociales cubren ofertas que antes se consideraban exclusivas de las discotecas. Entre ellos están Spotify y la aplicación de citas Tinder.
- Además, las fiestas que se celebran una vez al año en graneros, campos o salones comunales también atraen a invitados.
Con todo esto en mente, merece la pena echar un vistazo al principal grupo de asistentes a las discotecas: los jóvenes de 18 a 25 años. Por supuesto, las personas de 30, 40 y 50 años también van a bailar, al igual que algunos octogenarios.
Pero la edad típica para ir a la discoteca es la de los jóvenes de 20.
Esto lleva a analizar la Generación Z, que tiene muchos prejuicios. La Generación Z evita el estrés, come sano, tiene menos sexo y duerme lo suficiente. Su nueva medianoche es supuestamente a las 21:00 horas.
Algunos de los tópicos están científicamente demostrados, como por ejemplo que los jóvenes de hoy beben bastante menos alcohol que las generaciones anteriores.
Estas actitudes ante la vida no favorecen las salidas en exceso. "Hoy en día, las fiestas ya no son sobre todo un desenfreno nocturno y esperado para hacer nuevas amistades", señaló Sandra Onofri, de la agencia de comunicación Havas.
- La agencia de consultoría elaboró este año el informe de tendencias "¿Se acabó la fiesta?", en base a miles de participantes.
Según el informe, el crecimiento acelerado de los sistemas de entretenimiento online, los servicios de entrega a domicilio y las reuniones en línea durante los fines de semana tuvo un impacto duradero en la idea de salir de fiesta.
Actualmente, afirma, a la mayoría de la Generación Z le gusta quedarse en casa el fin de semana. Prefieren hacer fiestas en su hogar o en el de amigos antes que con desconocidos en discotecas.
Alrededor de tres cuartas partes de los encuestados creen que es importante mantener el control y no comportarse mal en público, por ejemplo emborrachándose.
- Los informes sobre atentados terroristas, agresiones sexuales en discotecas y bebidas con gotas para drogar sin consentimiento han aumentado la concientización sobre la seguridad.
La fiesta individualizada y el deseo de comodidad son, por tanto, la tendencia. Se dice que el Fomo ("Fear of missing out", miedo a perderse algo) se ha convertido en Fogo ("Fear of going out", miedo a salir), un cierto temor a salir como en los viejos tiempos.
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