Por Tatiana Sánchez
Casi en todas las familias existe una o más personas que padecen ya sea diabetes o hipertensión, e incluso ambas, por lo que no es extraño que presenten cambios de alimentación y estilo de vida con la intensión de evitar complicaciones.
Pero ¿en qué consisten y cuáles son sus principales causas? Se trata de enfermedades crónico degenerativas distintas una de otra, desencadenadas principalmente por el estilo de vida de las personas, y que pueden afectar a distintos órganos. Al respecto, habla la doctora Mireya Rosales Torres, coordinadora de Salud Publica en la Región Sanitaria 02:
“Hay una diabetes cuando no se está procesando adecuadamente la glucosa, la glucosa es el alimento principal del cuerpo para dar energías y hacer ciertas funciones…, y cuando esto no se logra asimilar de la manera adecuada por una deficiencia generalmente del páncreas, esta azúcar digámoslo así, sigue circulando en el cuerpo y puede dañar otros órganos, (mientras que) la hipertensión arterial es un problema con los vasos sanguíneos por así ponerlo, en donde imagínate una manguera con agua y si le tu pones el dedo, la presión va a aumentar, en este caso es muy similar, muchas de las veces tanto por la edad, como por la dieta, como por la inactividad física, estas arterias que tenemos se van calcificando y pierden la elasticidad que deberían de tener y por ello el flujo de sangre va cambiando y va aumentando la potencia”.
Principales causas de la diabetes e hipertensión
Entre las principales causas de la diabetes se encuentran la obesidad, la mala alimentación, la falta de actividad física, la edad avanzada, los antecedentes familiares, entre otras. En el caso de la hipertensión arterial, son la cantidad de agua y sal que se tiene en el cuerpo, el estado de los riñones, del sistema nervioso así como de los vasos sanguíneos y los niveles hormonales:
“La verdad es que tanto de la diabetes como de la hipertensión y de algunas otras enfermedades crónicas los estilos de vida son los que más nos están afectando, el hecho de llevar una vida sedentaria, una alimentación incorrecta, de no hacer ejercicio, de no realizar actividad física y bueno además de una predisposición genética que ya la mayoría de los mexicanos tenemos, sí se juntan todos estos factores lo más probable es que tengamos una enfermedad como la diabetes”.
Aunque la diabetes y la hipertensión son enfermedades que se presentan en mayor medida por el estilo de vida de los pacientes, la coordinadora de Salud Pública señala que se trata de padecimientos completamente distintos que no necesariamente se provocan el uno al otro. Cuanto esto sucede, se puede hablar de pacientes con morbilidades, término que se utiliza para hacer saber que se padece de diabetes, hipertensión y dislipidemia.
Además, es importante tener en cuenta que la diabetes se puede presentar de dos formas: diabetes tipo 1, que afecta a principalmente a los adultos; y la diabetes tipo 2, que suele aparecer en adultos pero cada vez más en niños y adolescentes, quienes sin saber que la padecen ya que sus síntomas no son claros, llegan a tener complicaciones médicas:
“Cada vez se presenta la diabetes a lo mejor en pacientes más jóvenes y por ende la clínica va cambiando, los síntomas van cambiando, pero de lo que podemos referirles es que sí tienen mucha hambre, mucho cansancio, mucho sueño, mucha sed en la noche, todas estas son a lo mejor señales de alarma. Desgraciadamente no es tan tangible, muchas de las veces como nosotros quisiéramos, el decir ‘ah, es que tienes diabetes’, no se provoca una roncha, algo que la gente pueda ver, son conductas y muchas de las veces las encontramos obviamente hasta que la glucosa está muy alta y entonces sí se presenta inclusive un coma”.
Otras complicaciones que pueden surgir debido a diabetes, son las enfermedades cardiovasculares, enfermedades renales, enfermedades oculares como la retinopatía, y lesiones nerviosas que afectan a las extremidades, principalmente los pies.
Mientras que las complicaciones ocasionadas por la hipertensión arterial podrían ser la probabilidad de sufrir un accidente cerebrovascular, un ataque cardíaco, insuficiencia cardíaca, enfermedad renal o muerte prematura.
Hay que recordar, en ambas enfermedades la prevención y el chequeo constante son vitales para poder llevar una vida lo más estable posible y así poder salir adelante aunque las padezca.