Por Tatiana Sánchez
Dedicación y entrega
“Homenaje a quien con su ejemplo de vida y de trabajo, educó en la empatía, el humanismo y el compromiso social a generaciones de estudiantes”. Este es el texto que acompaña a la placa en honor de la maestra María del Socorro Hernández Barajas (conocida por sus alumnos y seres queridos como la maestra “Coquito”), develada la noche de este martes 6 de marzo en el Centro Universitario de los Lagos, donde también se realizó un muy sentido homenaje póstumo en su nombre.
El evento se llevó a cabo en el marco de la Feria de las Humanidades y de las Ciencias Sociales, organizado por la División de Estudios de la Cultura Regional. En él estuvieron presentes familiares y alumnos de la maestra Coquito, quienes tuvieron la oportunidad de expresar sus sentimientos a quien tanto en las aulas como en los pasillos demostró ser una persona humilde y entregada a sus ideales.
El primero en hablar fue el alumno de la Licenciatura en Humanidades, Paul Carrillo Collazo, que compartió con los asistentes una pequeña semblanza sobre el desempeño académico de esta querida maestra:
“Humanista en el más amplio sentido del término, personalidad totalmente versátil y activa. Trabajó simultáneamente con tesón y responsabilidad en los campos de la política y de lo social y la academia. Su vida académica comenzó y culminó en nuestra casa de estudios. Impulsó la naciente vida académica de esta sede, su labor como investigadora estuvo siempre de la mano con su labor docente. Impartió un total de al menos 45 cursos de 21 materias para estudiantes de 7 carreras. Contribuyó a la formación de 10 generaciones de Humanidades. Promovió incasablemente la concientización de la comunidad universitaria en los temas de marginación y exclusión social”.
Reconocimiento de alumnos, académicos y administrativos
Una vez terminada la semblanza por parte del alumno, académicos, administrativos, familiares y alumnos hicieron uso de la voz para externar lo que para ellos significó haber conocido y coincidido en vida con la maestra Coquito:
“La maestra Coco fue una maestra que nos enseñó a que no teníamos que tener miedo a tener posturas políticas respecto a lo que sucedía, que nos enseñó a pensar de forma crítica, a pensar más a allá de ser estudiantes”.
“Me enseñó cosas académicas, pero más que nada cosas en sentido humano porque era una gran mujer, una luchadora social, era una persona que se ponía humanamente a tu lado, y siempre te acompañaba y te ayudaba en lo que ella pudiera”.
“Antes que nada nos enseñó a ser humanistas, incansable y siempre tendiendo las necesidades del otro”.
“Ella tenía mucha humildad y nos enseñó esa humildad a nosotros, a ayudar a los demás, a luchar por nuestros ideales. Es un gran honor haberla conocido, creo que son recuerdos que siempre voy a llevar”.
“(Me enseñó a que) se puede llevar la teoría a la práctica y no ser un académico de escritorio, porque ella aplicaba y llevaba día a día todo lo que ella aprendía, una luchadora social, y que a pesar de las dificultades dar un granito para mejorar la situación que nos rodea”.
Al finalizar el homenaje, los asistentes se dirigieron al nuevo edificio de Humanidades, hacia el aula que hasta el martes era conocida como Aula 1, y que a partir de entonces lleva el nombre de María del Socorro Hernández Barajas.
Isabel, hija de la maestra Coquito, develó la placa
Guillermo Hernández Barajas y Laura Hernández Barajas, hermanos de la homenajeada, también expresaron su sentir ante el acontecimiento:
Guillermo: “Es un gran regalo saber que tanta gente quería a mi hermana, saber (que) tantos alumnos, compañeros del trabajo, maestros, investigadores, han expresado tanto en el programa, como en presencia aquí, y ahora esta placa. La verdad que es un orgullo para nosotros, es un gusto saber que toda esta comunidad arropó a mi hermana y que fue una persona muy importante para la comunidad, nos sentimos muy contentos y orgullosos de regresar a Lagos con este homenaje”.
Laura: “En primera, muy agradecida por el homenaje y el reconocimiento a su trayectoria a su labor, estoy impresionada con la sabiduría de mi hermana como persona, una calidez humana que sólo Dios puede premiar, muy admirada de todo su trabajo, de las palabras que le han hecho hincapié a toda su trayectoria. Como hermana, ella fue lo mejor para mí, sufrimos mucho pero ya tiene su premio en el cielo. Por otro lado, muy agradecida con todo el personal y más que nada este reconocimiento también a sus alumnos, un alumno que reconoce tu trayectoria ya habla del compromiso que como maestra mi hermana tuvo para sus clases, su alma mater, y como humana lo mejor…”
Durante el tiempo que laboró como docente en el CULagos, la maestra Coquito vio pasar a más de veinte generaciones de estudiantes. Publicó múltiples artículos científicos sobre temas como la exclusión, la migración y la niñez, mismos que le permitieron ser reconocida como una luchadora social preocupada por los otros, aquellos que no figuran en los libros.