Guadalajara, Jalisco.

Luego de haberse destapado la crisis que enfrenta el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF) con los cadáveres almacenados en cajas frigoríficas, decenas de personas provenientes de todo el país, que tienen a un familiar desaparecido, acuden a las instalaciones del Instituto para cotejar las fotografías y dejar sus muestras de ADN con la esperanza de localizar a sus parientes y así poder reclamar el cuerpo.

Tal es el caso de una mujer de 60 años de edad, quien cada dos días llega proveniente del municipio de Tala a las instalaciones del Instituto de Ciencias Forenses, a pedir los resultados de las comparaciones genéticas para saber si uno de sus hijos, quien se encuentra desaparecido desde el mes de junio, resulta positivo entre los 444 cadáveres que no han sido identificados.

Luego del escándalo la Comisión de Atención a Víctimas y las Comisiones Estatal y Nacional de los Derechos Humanos han colocado unas mesas de atención para las personas que acuden a llenar nuevos formatos para la identificación de sus familiares desparecidos.

Hasta el momento se han reportado tres personas que han sido identificados tras el cúmulo de cadáveres que estaba dentro de las dos cajas refrigeradas. El primer caso fue el de José Guadalupe Cruz Zamora; cuya desaparición ocurrió el 20 de Mayo del 2018 y fue inhumado en el panteón Guadalajara.

El segundo es Gabriel Trejo Juárez con fecha de desaparición el 17 de septiembre del 2018, cuyo cuerpo fue entregado a sus familiares procedentes de Tlajomulco.

Y el tercero es Jorge Enrique Plasencia Rizo, a quien recogieron sus familiares de la localidad San José del Quince en El Salto.