Guadalajara, Jalisco.
En el DIF Guadalajara culminó una serie de actividades entre instancias del gobierno del estado y municipales llamadas de “inclusión” para personas en situación de vulnerable: familias en pobreza e indígenas.
Se trataba del cierre de actividades de las brigadas de inclusión 2019.
Mientras corría el pero como, mujeres wixárikas hacían fila para responder un test de salud sobre hábitos alimenticios, si fumaban, bebían alcohol o vivían violencias como física y sexual.
De ahí pasaban a toma de peso, talla y quién quisiera examen de glucosa.
Al final a las familias que llegaron al evento se les ofreció comida, talleres recreativos y un espectáculo de títeres con la compañía La Cucaracha.
Las brigadas por la inclusión en este año, atendieron más de 2 mil personas en Ocote de la Sierra, San Andrés Cohamiata, Pueblo Nuevo II, San Sebastián Teponahuaxtlan y colonias indígenas en la zona metropolitana.
Una madre buscaba orientación para concretar el proceso de registro civil de su bebé, al que contó a Señal Informativa desea ponerle un nombre en su idioma nativo no en castellano, pero sabe de la negativa en los registros civiles por respetar su decisión. El discurso de Ana Barbara Casillas, directora de la Coordinación Estratégica de Desarrollo Social, en ese momento planteaba el supuesto respeto a la cultura indígena.
La inversión en 2019 para la brigada de inclusión fue de 700 mil pesos.