Coro Gorriones de Ratisbona sufrió años de abusos y violencia sistemática
Fotografía referencial: wn.de




Ratisbona, Alemania.

Los antiguos casos de abusos y violencia hacia los Gorriones de la Catedral de Ratisbona fueron favorecidos por estructuras poco transparentes y responsabilidades difusas, según conclusiones de dos estudios realizados por encargo del obispado de Ratisbona y difundidos hoy en Alemania.

Martin Rettenberger, director de la Central de Criminología (Krimz, por sus siglas en alemán) de Wiesbaden, señaló que en realidad no habría sido posible una corrección y un control desde afuera.

Rettenberger afirmó que el famoso coro de niños y jóvenes y sus escuelas e internados conformaban un sistema social cerrado con parámetros morales propios.

Para el estudio se analizaron los años comprendidos entre 1945 y 1995 desde el punto de vista histórico y científico-social.

El historiador alemán Bernhard Löffler, de la Universidad de Ratisbona, habló de un sistema de silencios alimentado no sólo desde los cargos eclesiásticos, sino también por instituciones estatales como la secretaría bávara de Cultura, así como algunos de los padres.

El experto señaló que el éxito del coro jugaba un rol más importante que el bienestar de los alumnos y que nadie se interesaba por aplicar una pedagogía infantil.

La violencia fue especialmente grave con los alumnos de entre 9 y 10 años. La dimensión de las crueldades psíquicas y los ataques, que en parte fueron también sexuales, sufridas por los jóvenes coristas se dio a conocer recién en 2010.

El obispo de Ratisbona, Rudolf Voderholzer, pidió nuevamente perdón a las víctimas y dijo que lo más importante ahora es la prevención.

Los representantes de los afectados también ven esto así.

Peter Schmitt, portavoz de las víctimas, afirmó que muchos esperan que retorne la calma y que los Gorriones de la Catedral de Ratisbona vuelvan a ser sinónimo de excelencia músical.