Justicia mexicana condena a sicarios que intentaron asesinar a Ciro Gómez
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Ciudad de México, México. 

La justicia de México condenó a prisión a dos sicarios que intentaron asesinar al influyente periodista mexicano Ciro Gómez Leyva en diciembre de 2022, informó este martes la Fiscalía General (FGR).

Los criminales, identificados por la prensa local como Pool Pedro Gómez y Héctor Eduardo Jiménez, fueron sentenciados a 12 y 14 años de cárcel, respectivamente, por los delitos de tentativa de homicidio calificado y asociación delictuosa agravada, detalló la FGR en un comunicado.

  • El atentado contra Gómez Leyva, un veterano periodista conocido por sus críticas contra el oficialismo de izquierda y por haber sido blanco de constantes recriminaciones del expresidente Andrés Manuel López Obrador (2018-2024), impactó a la sociedad mexicana.

Los hoy sentenciados intentaron matarlo la noche del 15 de diciembre de 2022 cuando se trasladaba desde las instalaciones de la televisora donde trabajaba como conductor de un noticiario nocturno hasta su casa a bordo de una camioneta.

Tras perseguirlo en una motocicleta, uno de los delincuentes disparó directamente contra Gómez Leyva, quien se salvó de la agresión debido al blindaje de su automóvil.

"Este fallo representa un avance significativo en la lucha contra la impunidad en los delitos cometidos contra periodistas", destacó la fiscalía en uno de los comunicados en los que reportó las condenas.

Tras la noticia, Gómez Leyva reaccionó en sus redes sociales con un mensaje a sus agresores en el que afirmó que "no hay agravio de mi parte". "No puedo decir que lo lamento, pero tampoco me alegra", añadió.

También agradeció a sus abogados y reconoció el trabajo del secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, quien dirigía ese mismo despacho en la Ciudad de México cuando ocurrió el atentado, así como el manejo que la FGR tuvo de su caso.

México es considerado uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo, con más de 150 comunicadores asesinados desde 1994, según la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF).

A diferencia de Gómez Leyva, muchas de las víctimas de estos ataques tenían en común que trabajaban en zonas asoladas por el crimen organizado y publicaban sus contenidos en medios pequeños o redes sociales, generalmente en precariedad laboral.