Por Tatiana Sánchez
Entre las principales afectaciones en pacientes con diabetes e hipertensión arterial se encuentran el riesgo a contraer un infarto, la pérdida de la vista o de alguna extremidad, enfermedades renales y accidentes cerebrovasculares, por mencionar sólo algunas. Complicaciones que pueden presentarse cuando las personas afectadas no son atendidas correctamente.
Pero en el caso contrario, es decir, cuando las enfermedades son detectadas en etapas tempranas y los pacientes siguen el tratamiento al pie de la letra, la calidad de vida puede ser igual o mejor que las personas que no las padecen, tal como lo comparte la señora Rosa María López quien fue diagnosticada con estos dos males desde hace dos décadas:
“Desde hace aproximadamente 20 años me declararon diabética e hipertensa, (los primeros síntomas que presente fueron) dolor de cabeza y como mareos, y fui al doctor… me tomó la presión y la traía algo alta, y ya de ahí no cupo duda y pensó inmediatamente en la diabetes, y me mandaron hacer análisis y sí efectivamente, fui declarada diabética”.
Luego de ser diagnosticada y por prescripciones médicas, la señora Rosa María cuenta que comenzó con un nuevo estilo de vida. A partir de ahora debió cuidar en extremo su alimentación y mantenerse activa para evitar el avance de la enfermedad, e intentar en la medida de lo posible, el cuidado de su presión manteniéndose lo más tranquila posible.
“Desde luego la alimentación, yo era una persona de comer más cantidades grandes en las tres comidas y comer carne en las tres comidas: mañana, tarde y noche… y tuve que dejar dos para comer nada más una vez al día la carne. Entonces principalmente lo que empecé modificando fue la alimentación, bajar cantidades primeramente y después ir modificando, reduciendo, por ejemplo la carne y aumentando verduras y frutas. […] Nunca he dejado de tomar mi medicamento para la presión, he sido muy cuidadosa y muy puntual, las únicas veces que he dejado de tomar es porque no tengo a tiempo los medicamentos y bien puedo saltarme una o dos veces nada más… y es cuando sí puede haber altibajos en la presión pero más bien digamos es en cuanto una emoción que se pueda tener, eso también desestabiliza el sistema”, comparte.
Aunado a los cambios en su alimentación, la señora Rosa María acude desde hace cinco años al grupo de DiabetIMSS (impulsado por el Instituto Mexicano del Seguro Social, para brindar atención médica periódica a los pacientes con enfermedades crónicas degenerativas, así como pláticas y talleres de prevención y cuidado), en donde tiene la oportunidad de compartir consejos de alimentación y experiencias sobre estas enfermedades con otros pacientes, pues señala que a pesar de cuidarse ha llegado a tener recaídas que la han llevado al hospital:
“A lo largo de estos veinte años, aproximadamente como en tres ocasiones he estado internada… en tres ocasiones por eso, pues como todos si tengo ya algunos otros síntomas que se derivan de la diabetes, por ejemplo resequedad en la piel, resequedad en los ojos, en la boca también, del estómago (con) tanto medicamento también tengo molestias, los pies de vez en cuando inflamados, pero esos me los cuido un poco más porque no quiero llegar a tener pie diabético, que es muy peligroso”.
Aparte de mantenerse activa según sus posibilidades físicas y de cuidar de su alimentación, la señora Rosa María dice ser muy cuidadosa con sus medicamentos, pues asegura, en este tipo de enfermedades la alimentación, la actividad física y los medicamentos van de la mano, si uno de estos puntos se descuida, el tratamiento no es del todo efectivo.