Angela Merkel busca su cuarto mandato consecutivo en elecciones en Alemania del domingo




Berlín, Alemania.

La canciller alemana, Angela Merkel, buscará este domingo su cuarto mandato consecutivo en unas elecciones marcadas por el ascenso del partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) y en las que el Partido Socialdemócrata (SPD) obtendrá previsiblemente uno de los peores resultados de su historia.

A la vista de los sondeos de opinión casi se da por seguro que la líder de la Unión Cristianodemócrata (CDU) reeditará su cargo como jefa de Gobierno de la mayor economía de Europa. La pregunta parece ser solo con quién se aliará los próximos cuatros años en un Parlamento en el que por primera vez desde 1961 se sentará un partido ultraderechista.

"Lo único que puedo decir es que no formaremos coalición ni con el partido La Izquierda (formación que aglutina poscomunistas y socialistas desencantados), ni con AfD", declaró recientemente Merkel al ser preguntada sobre su futuro socio de gobierno.

La Unión -formada por la CDU y su partido hermanado de Baviera, la Unión Cristianosocial (CSU)- obtendría el 36 por ciento de los votos, de acuerdo con la última encuesta de la televisión pública alemana ZDF.

El resultado estaría por debajo del 41,5 por ciento de 2013, que logró entonces la canciller impulsada en ese momento por su gestión de la crisis del euro.

Esta caída cuatro años después refleja el descontento de parte de su electorado más conservador con la política migratoria seguida desde la crisis de refugiados de 2015, cuando entraron casi 900 mil solicitantes de asilo al país, y su giro hacia postulados más cercanos a la socialdemocracia como la legalización del matrimonio homosexual.

"Es necesario garantizar la seguridad en las fronteras y reducir la inmigración", escribió Max Otte, un destacado gestor de fondos y miembro de la CDU desde 1991, en un artículo publicado en la prensa alemana en el que exponía los motivos por los que en estas elecciones dará su confianza a AfD.

"Merkel perjudica a su partido. La cúpula de la CDU se ha alejado de su programa", añadía Otte, quien a pesar de su voto admite que no dejará de ser militante de la CDU.

Como él, muchos otros de los 61,5 millones de electores llamados a las urnas este domingo, decidirán presumiblemente hacer una cruz en la casilla de AfD. Según el último sondeo, obtendrían un once por ciento de los votos, convirtiéndose en la tercera fuerza política del país.

Con un discurso mordaz y antiimigración, AfD ha logrado marcar la agenda política alemana de los dos últimos años y aspira a desembarcar en el Parlamento por primera vez desde su fundación en 2013, entonces creado como un partido euroescéptico.

En su programa electoral la formación política enarbola la lucha contra la inmigración "masiva y desordenada", y reclama, entre otras cosas, promover la natalidad para "el mantenimiento del pueblo alemán" y que Alemania salga de la eurozona.

Etiquetado como ultraderechista y populista de tintes xenófobos, en sus poco más de cuatro años de vida AfD ha conquistado 13 de 16 parlamentos regionales. Si los sondeos no se equivocan, desembarcará también a escala nacional con cerca de 70 diputados.

El gran perjudicado de estas elecciones previsiblemente será el actual socio menor del Gobierno de Merkel, el SPD. A tenor de la última encuesta publicada, solo se haría con un 21,5 por ciento de los votos. De materializarse, sería el peor resultado en la historia del SPD, confirmando así la ley no escrita de que una alianza con Merkel pasa factura a la socialdemocracia como ya sucedió tras la primera gran coalición con Merkel (2005-2009).

A pesar de estos malos augurios, su líder y candidato a la Cancillería de Berlín, Martin Schulz, mantiene las esperanzas. "Lucharé hasta el 24 de septiembre a las 18:00 horas (cuando cierran los centros de votación)", anunció en la edición de hoy del rotativo alemán "Bild". "Un 37 por ciento del electorado está aún indeciso. Todo es posible aún", agregó.

El nombramiento de Schulz como rival de Merkel a principios de año pareció insuflar ánimos a un partido debilitado tras cuatro años de Gobierno con Merkel y se convirtió en la gran esperanza del SPD. Sin embargo, con el ex presidente del Parlamento europeo como número uno, su formación sumó este año tres fracasos consecutivos en elecciones regionales que desinflaron definitivamente el llamado "efecto Schulz".

Otra de las novedades de estas elecciones será el regreso del Partido Liberal (FDP). La formación que más tiempo ha pasado en el poder y antiguo socio de la canciller en la anterior legislatura se quedó fuera de la Cámara hace cuatro años al no superar la barrera del cinco por ciento de los votos.

Las constelaciones que se dibujan como más plausibles serían reeditar la actual gran coalición o la llamada alianza "Jamaica" (por los colores de las agrupaciones, equivalentes a la bandera de ese país) formada por la Unión (CDU/CSU), Los Verdes y FDP, y que sería algo inédito a escala nacional.

Con uno de los parlamentos más fragmentados de la historia de Alemania, Merkel tendrá que volver a hacer gala de su pragmatismo a la hora de negociar para poder formar un nuevo Gobierno de mayoría después de este domingo.