Alemania insta a automotrices a implicarse para reducir contaminación




La ministra de Medio Ambiente de Alemania, Svenja Schulze, llamó hoy a la industria automotriz del país a aplicar mejoras técnicas en sus vehículos que permitan reducir la contaminación del aire en las ciudades en aras de evitar un posible veto a la circulación de coches diésel en centros urbanos.

"Está más que claro que la industria del automóvil debe actuar ahora", señaló hoy la política socialdemócrata en declaraciones a la radio pública alemana.

"Si eso no pasa, nos arriesgamos a una clara prohibición (del uso de coches en las urbes)", agregó tan solo un día después de que la Comisión Europea demandase a Alemania por no haber reducido suficientemente la contaminación atmosférica.

En el Gobierno de coalición entre conservadores y socialdemócratas, que dirige la canciller Angela Merkel, existe cierta controversia sobre cómo se deberían llevar a cabo las adaptaciones técnicas de antiguos automóviles diésel, altamente contaminantes.

Mientras, los fabricantes insisten en que un ajuste del software de estos vehículos, que serviría para que emitieran una menor cantidad de emisiones de óxido de nitrógeno les resultaría muy costoso.

Schulze destacó que las adaptaciones de hardware permitirían mejorar notablemente la calidad del aire. "Eso sería bueno para la gente que vive en esas ciudades", indicó. Asimismo apuntó que los reajustes servirían para que los vehículos diésel no perdiesen valor.

Este jueves, la Comisión Europea demandó a Alemania, Francia, Italia, Reino Unido, Rumanía y Hungría, a los que acusa de incumplir los límites de emisiones de óxido de nitrógeno que desde 2010 son vinculantes para todos los países miembro.

El organismo comunitario les exigió a algunos de ellos más información en relación con el escándalo de manipulación de motores de la automotriz alemana Volkswagen, que salió a la luz en 2015.

Berlín busca desde hace tiempo hacer equilibrios que sirvan para contentar a la poderosa industria del automóvil germana y a una ciudadanía cada vez más preocupada por el impacto que las emisiones tienen en el medio ambiente y en su salud.

La potencia europea ya había sido apercibida en varias ocasiones por Bruselas, que tiene potestad para abrir expedientes o llevar ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea a aquellos países o ciudades que superen los niveles máximos permitidos de contaminación.