Beirut, Líbano
Al menos 1.383 civiles murieron desde el 6 de marzo a manos de las fuerzas de seguridad sirias y grupos aliados en el oeste y centro del país, informó el miércoles el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) .
Las masacres tuvieron lugar principalmente el 7 y 8 de marzo en el feudo de la minoría musulmana alauita, de la cual proviene el clan Asad.
El OSDH precisó que el balance sigue siendo provisional, "ya que el conteo de muertos aún continúa".
La violencia se desató el jueves pasado por un ataque sangriento de hombres leales al presidente depuesto Bashar al Asad contra las fuerzas de seguridad en Jablé, cerca de la ciudad costera de Latakia, en el oeste del país.

Fotografía: AFP
La ONG sigue registrando fallecimientos a pesar del cese de la violencia, ya que muchas personas fueron asesinadas en sus casas o en campos agrícolas, indicó a AFP su director, Rami Abdel Rahman.
El OSDH, con sede en Reino Unido y una amplia red de fuentes de información en Siria, detalló que 683 civiles murieron en la provincia de Latakia, 433 en Tartus, 255 en la provincia de Hama y 12 en Homs.
La situación degeneró rápidamente en enfrentamientos cuando hombres armados alauitas, a los que las autoridades calificaron como leales a Bashar al Asad, abrieron fuego contra varias posiciones de las fuerzas de seguridad.
El OSDH luego reportó "ejecuciones sumarias" dirigidas principalmente contra civiles de la comunidad alauita en el marco de estos enfrentamientos.
El miércoles un video de una mujer mayor confrontando a hombres armados, algunos con pasamontañas, mientras se jactaban de haber abatido a dos hombres en el suelo y pronunciaban insultos contra la comunidad alauita, circuló por las redes sociales en Siria.
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Según el OSDH, que afirma haber verificado el video, la mujer se llama Zarqa Sabahia, tiene 86 años y es originaria del pueblo de Qabau en la provincia de Latakia.
Alrededor de ella yacen los cuerpos de sus dos hijos y su nieto, abatidos por "miembros sirios de las fuerzas de seguridad" tras la irrupción de éstos en su pueblo el 7 de marzo.
Según la ONG, que entrevistó a la hija de la mujer, los cuerpos permanecieron detrás de su casa durante cuatro días, mientras ella los custodiaba con la esperanza de poder enterrarlos.