“100 años de historia mueren conmigo”




Con la asesoría de Gabriela Arreola, Juan José Aceves, Jesús de Rueda Tostado, Miriam Lemus, Jorge Sánchez y Nancy Marín

Hace aproximadamente un mes, derribaron en San Juan de los Lagos el último eucalipto en la ribera del rio; éste se ubicaba a tres cuadras del centro histórico y fue talado por una compañía constructora que está en proceso de edificar una plaza comercial, cuyo mayor atractivo será un cine. Se taló, presuntamente, a causa de los intereses particulares de un empresario local.

Parte de la historia local de San Juan

Según el cronista sanjuanense, José Alvarado Montes, el árbol en cuestión fue plantado en 1905 por iniciativa del gobernador Luis C. Curiel, en un intento por reforestar las riberas del río; iniciativa que incluso surgió por mandato de Porfirio Díaz. Se trata, entonces, de la pérdida de una parte de la historia local, pues más de 100 años, la edad aproximada del eucalipto, fueron destrozados tan sólo por la ambición y el hambre de ganancias, en perjuicio de uno de los últimos remanentes de lo que alguna vez fue un tesoro para la comunidad sanjuanense y, sobre todo, una de las últimas reliquias de un pasado que lentamente dejamos caer en el olvido:

«Referente a los árboles que adornaban el río, las riberas del río, el gobernador Luis C. Curiel en 1905 los manda plantar, por las calles que ahora son Don Cruz Montero y Las flores y parte de aquellos lados, nada más que desgraciadamente a él lo quitan un poco después, llega la Revolución, y se acabó todo. No nada más había ese eucalipto, había más abajo, en lo que ahora es el oratorio, ahí había más eucaliptos, a la orilla del río, y todo ese terreno ha sido robado al río».

Cronista de San Juan, José Alvarado

Un testigo de los paseos y las fiestas

Los que nacimos y crecimos en décadas pasadas, conocimos un San Juan bonito, diferente, con atractivos naturales para el esparcimiento y los paseos de fin de semana, éste era el caso del malecón donde se encontraba el eucalipto.  Antes de la tala, el lugar era un espacio público típico de San Juan, una zona peatonal que la gente utilizaba para disfrutar de las alegres tardeadas y los bailes dominicales. Pero de las huertas, los eucaliptos y los álamos hoy ya no queda nada, sólo los recuerdos perviven en la memoria de algunos cuantos sanjuanenses.

Alvarado Montes indica que las administraciones siempre han dejado de lado el tema medioambiental:

Tratándose de árboles, desgraciadamente aquí estamos muy deforestados, como todo mundo puede ver y en todas partes. En la plaza principal últimamente, ahí para taparle el ojo al macho, esta administración que sale plantó unas macetas y unas cosas, pero nada grande, nada importante; no se aprovechan los espacios. En realidad, en San Juan no ha habido una reforestación o que se haga un bosque artificial.

Habría que señalar que los ciudadanos no protestaron por la tala del eucalipto a pesar de su importancia, ya que desgraciadamente en su mayoría no se preocupan por tener una ciudad arbolada y con vegetación. El gobierno municipal tampoco mostró interés por preservar el antiguo eucalipto; al parecer, el Ayuntamiento ni siquiera cuenta con una oficina de Ecología. Sin duda, las autoridades tendrían que actuar para lograr que San Juan obtenga una mejor imagen y para defender todos esos árboles antiguos.

Está en los jóvenes, también, tomar conciencia sobre el cuidado de nuestro medio ambiente, con el objetivo de que en San Juan contemos con un patrimonio ecológico para las nuevas generaciones, y así podamos cosechar una nueva historia.