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Por sus contribuciones para frenar el uso de gases industriales que dañaban la Capa de Ozono y sus investigaciones en materia de cambio climático, la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) entregó el galardón “Corazón de León” al químico Mario Molina, quien ganó el Premio Nobel en esa materia en 1995 y fundó el centro de investigación que lleva su nombre.

El rector general de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Tonatiuh Bravo Padilla, explicó que la distinción entregada a Mario Molina, la otorgan los estudiantes, quienes ya han dado ese reconocimiento a personalidades como el padre Alejandro Solalinde, por su defensa a los derechos de los migrantes, o al presidente de Uruguay, José Mujica.

El presidente de la FEU, Alberto Galarza, señaló que la conservación de la naturaleza no solo es una responsabilidad de los gobiernos, sino que también los jóvenes y las universidades deben poner su parte.

Mario Molina, quien es químico de profesión, egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y tiene un doctorado en físico-química, presentó la conferencia “El Cuidado del Medio Ambiente”, donde explicó por qué el cambio climático es una realidad y los efectos que ocasionan las contingencias ambientales, como las registradas en la Ciudad de México y en otras metrópolis, incluso en Guadalajara.

Durante su intervención, Molina precisó que 97 por ciento de los científicos expertos coincide en que el cambio climático está en proceso y es causado por el factor humano, no por la naturaleza.