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Los baches, los bordos y las banquetas laceradas y sin rampas son un tormento para la señora María Martha García Sánchez, y es que el brincoteo que siente cuando anda en su silla de ruedas es muy doloroso para su espalda. María, en su asiento de llantas y con el empuje de su esposo Francisco Silva, hacen hasta 45 minutos para llegar desde su casa ubicada en la calle Francisco Peñuñuri del Barrio El Retiro hasta la clínica del IMSS.