Planta de cucarachas en China procesa residuos de cocina




Jinan, China.

Un empresario de la provincia oriental china de Shandong ha convertido la cucaracha, para muchos nada más que una peste, en una criatura amigable con el medio ambiente capaz de procesar los residuos de cocina.

En la granja de cucarachas de Li Yanrong, de 6 mil 300 metros cuadrados y ubicada en el distrito de Zhangqiu de Jinan, la capital provincial, mil millones de cucarachas consumen 50 toneladas de residuos de cocina al día, lo que equivale a una duodécima parte del total diario de desechos de este tipo de la ciudad, cuya población es de 7 millones de habitantes.

Li dice que muchos campesinos locales crían cucarachas para venderlas a plantas farmacéuticas que las usan para producir medicamentos. Sin embargo, él prefiere concentrarse en el potencial de este insecto para la protección ambiental.

Anteriormente, el emprendedor, de 55 años, trabajaba para una compañía farmacéutica. La idea de las cucarachas se le ocurrió viendo un programa de dibujos animados con su hija. En el capítulo que captó la atención de Li se destacaba que las cucarachas pueden sobrevivir 90 días sin alimento y 40 días sin agua.

"La mayor parte de los desechos de cocina de la ciudad son enterrandos en los vertederos. Entonces se me ocurrió la idea de aprovechar la naturaleza voraz de las cucarachas para procesar los residuos", explica.

Hizo el primer experimento en una pecera en la sala de su casa, y descubrió que las cucarachas no son muy exigentes cuando se trata de comida, y que les gustan los alimentos fermentados de todos los sabores.

Li lanzó su negocio en 2011, y hasta ahora ha obtenido seis patentes y presentado 36 solicitudes de patente para abrir la granja de cucarachas. En su nueva planta, equipada con instalaciones automatizadas de ventilación, alimentación y limpieza, se ven pocos trabajadores.

La preferida del empresario es la cucaracha americana, o cucaracha roja, que es la más grande de la especie y tiene el ciclo de vida más largo. En promedio, sus "mascotas" viven unos 300 días.

Li es conciente de que hay quienes se preocupan ante la posibilidad de que las cucarachas escapen accidentalmente de la granja.

"Hemos tomado múltiples medidas de encerramiento y sellamiento. Tenemos cortinas de agua en cada entrada", detalla, y añade que los peces que cría en el estanque se alimentan de los insectos.

La recursividad de Li le ha permitido divisar nuevos negocios con base en lo que para la mayoría de los mortales no es más que un bicho desagradable. Por eso, tras comprobar que las cucarachas son ricas en proteína animal, diseñó un plan para construir instalaciones para el secado y molido de las cucarachas muertas, materia prima con la que producirá alimento para ganado.

Según estadísticas del Centro de Supervisión y Pruebas de Calidad de Alimentos de Jinan, subordinado al Ministerio de Agricultura y Asuntos Rurales, los pollos alimentados con polvo de cucaracha pueden crecer sin antibioticos, el contenido graso de su carne es inferior al de la de conejo y el de selenio es superior en 1,8 veces al de los pollos ordinarios.

Por lo tanto, Li cría sus pollos con este alimento.

"Son tan fuertes que pueden incluso picotear a los perros", bromea.

Las cucarachas han sido utilizadas como ingrediente de la medicina tradicional china durante miles de años, y su potencial farmacéutico está siendo explotado en las cada vez más numerosas granjas de cucarachas en diferentes regiones del país.

En agosto de 2017, un equipo de expertos encabezado por Sun Jiulin, miembro de la Academia de Ingeniería de China, visitó la granja de Li.

Los especialistas dictaminaron que la instalación es ecológica y eficaz en el aprovechamiento de las cucarachas.

Pero Li no para. Ahora tiene planes de establecer otras tres granjas, y además ha empezado a explorar el potencial de las cucarachas como ingrediente para la producción de pastillas para adelgazar y cosméticos con alto contenido proteico.