Mircea Cartarescu charla con jóvenes 




Por: Sarahisabel Barajaz

El galardonado del Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2022, Mircea Cărtărescu se remontó hasta su niñez para contar ante mil asistentes cómo fue su infancia, una infancia austera sin riquezas, tenía que dormir en la misma cama con sus padres en una casa pequeña sin piso, pero este no fue aspecto que lo marginó de sentir curiosidad por textos, su primer recuerdo involucra un libro: mi primer recuerdo de la infancia es el regazo de mi madre donde yo estaba sentado y ella con un libro en delante de mí y ella leía ese libro, yo por supuesto no sabía leer todavía después de unos cuatro años nos trasladamos a un apartamento de dos habitaciones y desde ahi comence a sentir una fascinación por la letras escritas que no me han abandonado jamás”.

Compartió que su padre lo acercó a los libros sin imaginar que lo haría amar los escritos, pues al paso de uno cuantos años su papá pudo progresar y se convirtió en periodista, llevaba libros a casa como forma de pago y Cărtărescu aprovecha la situación para hojear los libros en lugar de jugar con carritos.

Su iniciación en la escritura y la conciencia de querer comenzar a escribir inició a muy temprana edad, a los nueve años de edad cuando también surgió su primera novela que incluía texto y dibujo.

Las risas entre los jóvenes no faltaron, el escritor tuvo la oportunidad de decir algunos chascarrillos que lograron romper el hielo con los asistentes, él aseguró conocerlos muy bien: “yo pensaba que lo de mil jóvenes es solo una metáfora y veo que es realidad antes de venir aquí yo he pensado que de hecho yo los conozco muy bien, tengo un hijo de caso 20 años, alguien me ha dicho es muy difícil criar, educar un hijo solo pero con Mircea no vas a tener ningún problema nos criamos uno a otros”.

La lectura es fundamental en la vida del poeta, en la charla confesó que lee todo todo el tiempo, no puede dejar de hacerlo, en su infancia solía leer hasta 8 horas diarias y hoy en día hace cualquier actividad con un libro en la mano.

Quien moderó esta mesa de diálogo fue Antonio Sáez Delgado con la ayuda de la traductora Marian Ochoa pues todo el conversatorio del escritor con los jóvenes fue en su natal idioma rumano.