Vamos a morir, lamenta una comunidad de Bolivia intoxicada con arsénico en la sangre
EFE/Luis Gandarillas




San Agustín de Puñaca, Bolivia.

"Es seguro que vamos a morir", se lamentó Miguel Machaca, al conocer que en su sangre hay arsénico por consumir agua contaminada. Una comunidad en Bolivia culpa a la minería por la contaminación, por esto decidieron luchar en los tribunales, y así detener el daño ambiental que los intoxica.

En el ayllu San Agustín de Puñaca, en el departamento altiplánico de Oruro, viven unas 400 familias, la mayoría se dedican a la ganadería o a la agricultura, como Miguel, y en los últimos años sus integrantes han sentido dolores en el cuerpo, mareos y hasta adormecimiento que atribuyen al agua contaminada que consumen de los ríos cercanos.

Desesperados los comunitarios acudieron al laboratorio Cetox de Perú, en coordinación con el Centro de Salud Poopó y el Centro de Comunicación y Desarrollo Andino (Cenda), para tomar muestras de sangre y orina en busca de metales pesados.

  • Miguel es uno de los 20 pobladores a los que le sacaron las muestras en septiembre y sus resultados señalan que tiene arsénico en un nivel "elevado" en la sangre, el 100 % de las pruebas presentaron concentraciones de arsénico que van entre los 17,6 y 215,64 microgramos por litro cuando el límite referido por la Unión Europea (UE) es 15 microgramos.

Estas concentraciones "son 10 a 15 veces más altas" del límite establecido por la UE, lo cual es una "amenaza a la salud pública", ya que también encontraron en cuatro personas la presencia de plomo en la sangre y en dos cadmio, explicó a EFE el encargado de investigación en Cenda, Luis Vildoso.

La Organización Mundial de la Salud clasifica al arsénico y al cadmio como cancerígenos y al plomo como posible cancerígeno.

"Es seguro que vamos a morir con esta contaminación, ya mucho ha avanzado, nos duele mucho, nos amarga a veces, qué vamos a hacer, seguro nos espera la muerte junto con nuestro ganado que va muriendo también", dijo a EFE Miguel.