Por Gabriela Arreola
La Presa de La Sauceda es un lugar distintivo de Lagos de Moreno; con regularidad los habitantes del municipio y también los visitantes se dirigen a la misma, a las afueras de la ciudad, para pasar un buen rato al aire libre, pues la belleza del dique, sobre todo en temporada de lluvia es inigualable, cuando el agua en su interior alcanza los niveles más altos del año.
Una presa con una triste y trágica historia
El cuerpo de agua se encuentra en la zona este del territorio, cercano a la sierra que colinda con el vecino estado de Guanajuato y ha sido causante y testigo de varios acontecimientos históricos y sucesos desventurados, de acuerdo con declaraciones del cronista laguense, Mario Gómez Mata:
“La presa de La Sauceda tiene un origen muy triste, porque lamentablemente, para su construcción, hacia 1988 aproximadamente, se tuvo que destruir el histórico casco de la hacienda de Santa Catarina de la Sauceda. Pues esa hacienda surgió, fue la cuarta después de las de Jaramillo, en surgir en este valle. Logró sobrevivir a la guerra chichimeca y luego perteneció, nada menos que al insurgente don Pedro Moreno”.
La hacienda de Santa Catarina fue fundada en el año 1548, incluso antes del establecimiento de la Villa de Santa María de los Lagos. Fue el colonizador español Diego de Ibarra quien encargó su edificación; el objetivo de que se estableciera la hacienda obedeció a que era necesario proveer las minas del estado de Zacatecas con cebo, cuero y carne, productos que se conseguían en las haciendas del territorio laguense, incluida la de Santa Catarina.
Santa Catarina, entre colonizadores e insurgentes
La hacienda fue adquirida por el insurgente Pedro Moreno en 1808, tiempo después de que una terrible tragedia tuviera lugar en el recinto, una de las más catastróficas de la época virreinal:
“La mayor tragedia que ocurriera en Lagos fue ahí, precisamente en La Sauceda, que mató a 40 personas, incluido su dueño (de la hacienda), José María Lozano, que hizo sin saber nada de arquitectura, hizo construir un molino de trigo hidráulico desviando el río de La Sauceda para un canal, pero en la inauguración, en 1802, en agosto, explotó el molino porque no pudo resistir la fuerza de la corriente y mató ahogando a 40 de los invitados, incluyendo al dueño y a uno de los grandes arquitectos de Lagos que era Manuel García Reyes. Entonces, esa tragedia fue la más grande de la época virreinal de Lagos”.
Y no sólo este lamentable hecho tuvo lugar en el sitio, pues la presa que fue construida en 1988 sobre la hacienda ha cobrado la vida de un sinnúmero de personas. Cada año es común que algunos visitantes fallezcan por inmersión.
Otro dato interesante expresado por el cronista laguense Mario Gómez Mata tiene que ver con que el altar mayor que antes formó parte de la capilla barroca de la hacienda de Santa Catarina, la cual se encuentra bajo el agua de la presa, fue colocado en la sala de cabildo de la Presidencia Municipal, donde puede apreciarse hoy en día.