Tlaquepaque, Jalisco.
Aunque San Pedro Tlaquepaque tiene la distinción de ser uno de los pueblos mágicos de
Jalisco, algunas de sus colonias no guardan ese encanto, por ejemplo: Juan de la Barrera y su calle Fernando Montes de Oca, dónde los pedazos de asfalto y empedrado que aún quedan, se recubren por la tierra que ha sido regada para poder caminar, fachadas, autos y todo aquello que se encuentra en esta arteria se encuentra cubierto por polvo que es difícil de retirar.
La señora Eva Guzmán tiene 24 años habitando en esta zona, ella, sale todas las mañanas a regar la calle para que ese molesto polvo se asiente y no raspe en la garganta o los ojos aunque sea por unos minutos.
"Para aplacar la tierra que se suelta porque todo eso viene a dar a uno y le hace daño, se ven los vehículos llenos de polvo y así estamos, sí es complicado tener una calle así, pero que le hacemos, nosotros no sabemos nada y aunque han venido, muchos como yo, casi no estoy los muchachos son los que les dan las respuestas", señaló Eva Guzmán, vecina de Juan de la Barrera, Tlaquepaque.
Y si usted pensaba que está parte de San Pedro Tlaquepaque solo tiene el conflicto de
décadas de abandono en sus calles, la inseguridad es otro conflicto que le ha tocado
padecer y muy de cerca, dónde hasta sus fincas marcan recuerdos de hechos de sangre
en los que ellos no tienen nada que ver.
"Le digo que un balazo me le dieron a mi puerta una vez cuándo mataron a un muchacho,
aquí me tocó un balazo que gracias a Dios estamos nosotros adentro oímos y no salimos,
nos dimos cuenta, ya que abrimos la puerta y vimos que estaba todo con él", señaló Eva Guzmán, habitantes de la Colonia Juan de la Barrera, Tlaquepaque.
Tras dos décadas de solo escuchar promesas y ver qué su colonia cada día se afecta más,
la señora Eva ya no se encomienda a la voluntad de sus gobernantes, pide a su religión interceder en los corazones de quién toma las decisiones para que los apoyen y den soluciones a estos conflictos.