Theresa May pide apoyo para reabrir la negociación del Brexit con la UE
Fotografía: Ben Stansall - AFP




Londres, Reino Unido.

A dos meses de la fecha prevista para el Brexit, la primera ministra Theresa May pidió este martes el "apoyo" de los diputados británicos, que tumbaron estrepitosamente su acuerdo con Bruselas, para reabrir la negociación con una Unión Europea (UE) más que reticente.

Tras dejar claro en una histórica votación el 15 de enero, que el Parlamento de Westminster rechazaba las condiciones negociadas durante 17 meses con la UE, "hoy tenemos que mandar un mensaje enfático sobre lo que sí queremos", dijo May ante la Cámara de los Comunes al abrir el debate sobre su denominado plan B.

"Quiero volver a Bruselas con el mandato más claro posible para lograr un acuerdo que esta cámara pueda apoyar", afirmó.

Su propuesta consiste en revisar por completo el punto más conflictivo del texto: el denominado "backstop", un dispositivo destinado a evitar una nueva frontera en la isla de Irlanda para preservar el acuerdo de paz del Viernes Santo, que en 1998 puso fin a tres décadas de sangrientos enfrentamientos entre católicos republicanos y protestantes unionistas.

"No estoy hablando de otro intercambio de cartas, sino de un cambio significativo y legalmente vinculante del Acuerdo de Retirada", aseguró.

"Negociar tal cambio no será fácil, implicará reabrir el Acuerdo de Retirada, un movimiento por el que sé que nuestros socios europeos tienen un apetito limitado, pero creo que con un mandato de esta cámara (...) puedo lograr tal cambio antes de nuestra salida de la UE", prevista para el 29 de marzo.

La tarea parece sin embargo lejos de estar ganada: sólo un día antes, la número dos de los negociadores europeos, Sabine Weyand, había afirmado en Bruselas que "la negociación sobre esto ahora está en Londres, no hay negociación entre la UE y Reino Unido". "Esta negociación ha terminado", agregó.

"No vamos a reabrir el acuerdo de retirada. Eso ha sido dicho una y otra vez por los líderes", insistió.

También una fuente de la presidencia francesa afirmó en París que "el acuerdo de retirada y 'backstop' no son renegociables. La UE ha sido clara en este punto en varias ocasiones, este camino es un callejón sin salida".

- "Arreglos alternativos" -

May prometió que, tras renegociar con Bruselas, volvería a presentar el acuerdo para ratificación del Parlamento "lo antes posible", y que si no lo lograse antes del 13 de febrero convocaría un enésimo debate un día después para decir los pasos a seguir.

"¿Está la primera ministra pidiéndole seriamente a la cámara que espere hasta el 13 de febrero y ponga su fe en que logrará negociar en un par de semanas lo que no ha hecho en los últimos cuatro años?", lanzó el líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn.

Convencidos de que la jefa de gobierno conservadora no ganará el pulso con la UE, diferentes grupos de diputados presentaron enmiendas al plan de May en un intento por tomar el control de un proceso sumido en el caos.

Siete de ellas fueron elegidas por el presidente de la cámara, John Bercow, para ser debatidas aunque no todas serán necesariamente votadas al final, dado que los diputados pueden retirar sus propuestas si creen que otra similar tiene mayores posibilidades de éxito.

Una de dichas enmiendas, presentada por la diputada laborista Yvette Cooper, abriría la puerta a que la Cámara de los Comunes estudiase una proposición de ley destinada a evitar la más temida de todas la opciones: que el país se vea abocado a salir de la Unión Europea brutalmente sin acuerdo.

La proposición elaborada por Cooper establece que si el 26 de febrero el Parlamento aún no ha ratificado un acuerdo de Brexit, el gobierno debe retrasar hasta el 31 de diciembre de 2019 la salida de Reino Unido del bloque. Y este aplazamiento podría prolongarse si los diputados así lo decidieran.

Otra enmienda, presentada por el euroescéptico conservador Graham Brady y apoyada por la propia May, llama a pedir a Bruselas que reemplace el "backstop" por unos indefinidos "arreglos alternativos para evitar una frontera dura" en Irlanda.

Previsto para entrar en vigor únicamente si no se ha logrado una solución mejor al término del periodo de transición, el "backstop" establece que Reino Unido permanezca en una unión aduanera con la UE. Y solo podría ser anulado por mutuo acuerdo de ambas partes, lo que hace temer a los euroescépticos británicos que su país quede atrapado en las redes europeas indefinidamente.