Sin importar que las llantas de su auto se estropearan en las calles de Zapopan, la tía Geraldina llegó al sótano para platicar sobre lo preciosísima que está la fundación, su pasado como diputada federal de MC, el cariño que le tiene a Enrique Alfaro y, para rematar, certificó a los sotaneros como socialmente responsables.