Freetown, Sierra Leona.
Aún traumatizada por los cientos de muertes, entre ellas las de al menos 105 niños, en las inundaciones y aludes que golpearon Freetown la madrugada del lunes, Sierra Leona buscaba este miércoles a 600 desaparecidos en la capital.
Esta catástrofe, de las peores en la historia de este país africano, provocada por tres días de lluvias torrenciales, dejó más de 300 muertos en Freetown en la madrugada del lunes, según la rama local de la Cruz Roja.
Responsables de la morgue central de Freetown cifraron el número de muertos en 400.
"Hemos recibido a 105 niños en la morgue", declaró a la AFP un empleado del depósito de cadáveres del hospital Connaught, Mohamed Sinneh Kamara.
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Además, aún hay 600 personas desaparecidas, según la Cruz Roja, ya que los deslizamientos de tierra en la capital sierroleonesa sorprendieron a muchos habitantes durmiendo.
Este miércoles continuaban las operaciones de rescate para intentar encontrar a las víctimas, mientras los sobrevivientes enfrentaban difíciles condiciones, explicó a la AFP Adele Foz, coordinadora de salud de la ONG Concern Worldwide.
"Se necesitan alimentos, agua, equipos sanitarios y ayuda médica. Como todavía estamos en temporada de lluvias, aún pueden producirse otras inundaciones", advirtió.
Freetown, una ciudad de 1,2 millones de habitantes ubicada al borde del mar, sufre cada año inundaciones que traen consigo un paquete de enfermedades, principalmente disentería y cólera.
Ante la amplitud de la destrucción, la conmoción y la tristeza iban dejando espacio al enfado entre los habitantes de Freetown. "Hay frustración por la regularidad de las inundaciones y las destrucciones durante la temporada de lluvias", señaló Fox.
- Tímida ayuda internacional -
"Estamos desbordados" por este desastre, declaró, muy emocionado, el presidente Ernest Bai Koroma, durante una visita el martes al barrio de Regent, uno de los más afectados.
Sierra Leona, país anglófono de África occidental y uno de los más pobres del mundo, tiene una "necesidad urgente de ayuda", dijo.
De Israel salió un primer envío de ayuda de emergencia y Reino Unido propuso su apoyo.
Las autoridades abrieron un centro de acogida en Freetown para ayudar a los más de 3.000 habitantes que quedaron sin vivienda en Regent, donde se derrumbó parte de una colina.
El portavoz de la ONU en Nueva York, Stéphane Dujarric, declaró que "los representantes de la ONU en Sierra Leona y [sus] socios humanitarios llevan a cabo misiones de evaluación".
Mohamed Sinneh Kamara, técnico de la morgue del hospital Connaught, explicó que a su equipo le faltaban medios para procesar e identificar los cuerpos que se apilaban en el servicio.
"Tenemos limitaciones logísticas, incluyendo falta de guantes y PPE", equipos de protección personal, explicó, mientras las familias esperaban para identificar los cuerpos de sus seres queridos.
La familia de Mabinty Sesay estaba en Regent en una oración nocturna cuando la iglesia quedó enterrada por el alud de barro. "Perdí a 13 miembros de mi familia, pero sólo he podido identificar a dos", contó a la AFP en la morgue.
El martes ya se enterró en Freetown a unas 150 personas, según un responsable del consejo municipal, Sulaiman Zaino Parker. Muchas otras serán enterradas en la cercana localidad de Waterloo.
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