Moscú, Rusia.
Rusia planea aumentar su gasto militar en casi un 30% en 2025, lo que confirma la determinación del Kremlin de proseguir su ofensiva en Ucrania, pese al costo económico y humano.
Desde 2022, año en el que Moscú lanzó una ofensiva contra su vecino, el Kremlin ya había incrementado el gasto militar a niveles nunca vistos desde la época de la Unión Soviética.
El proyecto de ley de presupuesto para 2025 fue presentado este lunes, en el segundo aniversario de la anexión reivindicada por Rusia de cuatro regiones ucranianas, que Moscú no controla totalmente.
En un video publicado para marcar esta fecha, el presidente ruso, Vladimir Putin, aseguró que "todos los objetivos fijados serán alcanzados" en Ucrania.
Con esta meta en la mira, el Kremlin decidió proseguir sus enormes inversiones en el ámbito de defensa.
- El gasto militar alcanzará el próximo año cerca de 13,5 billones de rublos (145.000 millones de dólares), frente a los 10,4 billones de 2024.
El texto debe aún ser aprobado por el Parlamento antes de ser promulgado por el presidente Vladimir Putin.
- Conflicto largo -
El Kremlin prevé un conflicto largo con Ucrania y no parece preocupado de que su economía dependa cada vez más de los pedidos militares, a pesar de que la inflación ronda el 9%, lo que merma el poder adquisitivo de los rusos.
De aquí a 2025, el gasto militar representará más del doble de la inversión en política social.
Frente a Rusia, Ucrania - que depende en gran medida del apoyo financiero y militar de los países occidentales - prevé destinar más de 60% de su presupuesto el próximo año a la defensa y seguridad (unos 54.000 millones de dólares).
- El mandatario ruso reconoció en su video que la ofensiva iniciada en febrero de 2022 en Ucrania fue un "acontecimiento fatídico", pero según él necesario para proteger a los habitantes de habla rusa de la "Nueva Rusia" --proyecto de integración de Moscú para el sur y el este de Ucrania-- contra la "dictadura neonazi", según él, en el poder en Kiev.
Ucrania desmiente cualquier política de opresión de personas étnicamente rusas o de habla rusa, que sigue siendo la lengua materna de muchos ucranianos.
Hace dos años, Vladimir Putin firmó y oficializó la anexión de las regiones ucranianas de Donetsk y Lugansk, en el este, y de las de Zaporiyia y Jersón, en el sur.
Estas regiones, que Moscú controla solo parcialmente, votaron a favor de su adhesión a Rusia en referendos que ni Kiev ni la comunidad internacional reconocen.
La península ucraniana de Crimea, por su parte, fue anexionada por Moscú en 2014 en las mismas condiciones.
Rusia reivindica a menudo la toma de localidades ucranianas, casi siempre en la región de Donetsk, en el este, escenario principal de su ofensiva en Ucrania.
El Kremlin continuó su avance en el este en los últimos meses, aprovechando su ventaja frente a los soldados ucranianos, menos numerosos y peor armados.
El ejército ruso afirmó el lunes que tomó la localidad ucraniana de Nelipivka, situada al norte de la disputada ciudad de NiuYork, y a menos de cinco kilómetros al sur de Toretsk, ciudad sometida a una ofensiva rusa desde hace semanas.
Las tropas rusas se acercan igualmente a Pokrovsk, una gran localidad minera y eje estratégico para la logística del ejército ucraniano.
Para intentar frenar el avance de las tropas rusas, Ucrania lanzó el 6 de agosto una ofensiva en la región rusa de Kursk, más al norte, que tomó por sorpresa a Moscú, pero las tropas rusas siguen ganando terreno en el este.