Ingolstadt, Alemania.
La Fiscalía de Múnich ordenó hoy el registro de la sede de la automotriz alemana Audi, situada en Ingolstadt, en el sur del país, debido a su implicación en el escándalo de manipulación de motores diésel que afectó a su matriz Volkswagen en 2015.
Un portavoz de Audi señaló que los registros comenzaron poco antes de que se iniciase la conferencia anual de la empresa en la que el presidente de la fabricante de automóviles, Rupert Stadler, debía comparecer ante la prensa para ofrecer los resultados del pasado año.
Audi vendió en Estados Unidos automóviles que tenían instalado un software que había sido previamente manipulado para indicar una emisión de gases inferior a la real. Inmediatamente después de que se hicieran públicas estas acusaciones, la justicia alemana abrió un procedimiento de investigación al respecto.
En 2015, el consorcio automovilístico Volkswagen, al que pertenece Audi, reconoció haber vendido 11 millones de vehículos manipulados en todo el mundo.