Educación.

Anulación no es la vía para atender las deficiencias, pero sí el replanteamiento de la iniciativa, advierte académico

Los cambios educativos en México a raíz de la implementación de la reforma educativa podrían llegar a su fin, luego de que existe la intención de derogar la normativa que trajo consigo implicaciones de diversa índole. Sin embargo, su eliminación en estos momentos representaría un error, advirtió el doctor Víctor Manuel Rosario Muñoz, director de formación docente e investigación del Sistema de Educación Media Superior (SEMS).

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“Derogar la reforma educativa con un plumazo, que además todos saben que no es de un día para otro porque esto está incrustado en una red de normativa constitucional que requiere todo un proceso, que llevará de acuerdo a lo que hemos identificado a no menos de un año, entonces decir que el día 02 de diciembre ya no hay reforma educativa no es correcto porque no es así, los que son expertos en la normatividad constitucional en este país, saben muy bien que no es por decreto, sino que esto implica toda una movilización de procesos jurídicos que llevan tiempo”.

Más allá de los personajes y sus agendas, están la complejidad y el desafío de gobernar, es ahí cuando derogar será un verbo insuficiente, porque no basta con anular lo existente, lo que importa es cómo y con qué habrá de sustituirse, detalló el analista.

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“Desde el punto de vista cuantitativo y desde el punto de vista de quienes ejercen el poder, si vemos los números, pues evidentemente si hay la intención de derogarla se va a derogar, pero para mí sería un error tratarlo de esa manera, es un error al no advertir insisto, resultados productos de las investigaciones de actores inclusive ajenos a quienes van a ingresar el próximo 01 de diciembre. Me parece peligroso, creo que sí se puede acelerar, pero sería un error porque me parece que esto es paulatino, los resultados de una reforma educativa se dan de acuerdo a experiencias internacionales en no menos de 10 años”.

A pesar de la intención que se tenga,  no es posible que en 2019 y por “arte de magia” desaparezca la reforma educativa, una normativa que requiere al menos de 10 años para estar en condiciones de evaluarse y replantear sus alcances, reiteró el entrevistado.

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“Este país ha utilizado muchos recursos y ha movilizado (a lo mejor con ausencias y con fallas), ha utilizado recursos para una intencionalidad y cumplir los fines de la educación, qué hay que reconfigurar algunos puntos nodales como la evaluación del desempeño docente, por supuesto que sí, qué hay reconfigurar e involucrar a los actores que piensan diferente, por supuesto que sí, ahí está la gran imaginación y la gran calidad que tendremos como actores y como mexicanos poder involucrar a la diversidad de opiniones, pero tampoco se vale radicalizarnos”.  

El gobierno electo tiene el poder para derogar la reforma, hacerlo representaría un error, porque hay una historia detrás de ésta, es imposible partir de cero como pretender hacerlo, puntualizó Rosario Muñoz.

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“Me parece que la ciudadanía, la sociedad mexicana desde la diversas trincheras (y este no es un discurso hueco, debeos involucrarnos de manera muy comprometida en lo que va a suceder en los próximos años, en el ámbito educativo creo que tenemos la obligación de opinar, tenemos la obligación de proponer, con voces críticas decir también los elementos que no funcionan o que no van a funcionar porque hay una historia que hay que recuperar, porque hay una experiencia que hay recuperar, no podemos inventar el país a partir del 01 de diciembre en materia educativa y partir de cero, ese sería mi mensaje”.

La derogación de la reforma educativa no es la vía para atender sus deficiencias, el replanteamiento de la misma sí,  propone el académico de Jalisco.