Guadalajara, Jalisco.
El reclusorio femenil de Puente Grande no solo es habitado por 468 mujeres, sino también por 12 bebés y niños menores de 6 años que nacieron durante el proceso penal que atraviesan sus madres privadas de la libertad.
A decir del director de Reinserción Social de Jalisco, Antonio Pérez Juárez, a la población infantil de Puente Grande y sus madres se les ofrece un menú especializado, orientación maternal, psicológica, guardería y actividades lúdicas pero no educación básica, pues no está permitido que al cumplir 6 años los niños continúen con su madre en reclusión de manera que deben ser entregados para su cuidado a un familiar en libertad, o en su defecto, a una institución.
Este lunes el penal abrió sus puertas para evidenciar la entrega de actas de nacimiento a tres bebés que forman parte de la población del reclusorio, un derecho de los menores que a decir de Pérez Juárez, anteriormente no era respetado.
"Nacieron este año aquí en el centro femenil, son el orgullo y las consentidas de toda la población, con ellas tenemos al día de hoy 23 registros de menores (...) Ese derecho de personalidad se negaba por apatía de la autoridad penitenciaria y encontramos niños de 8, 10 años o más que no contaban ni siquiera con un nombre, con un reconocimiento ciudadano ante la ley y eso para nosotros fue algo grave".
"Se decía que un menor de edad no podía estar hasta los 3 años con su madre dentro de un centro penitenciario, sin embargo ahora nosotros estamos viendo que la ley nos permitía que se llegara hasta los 6 años de edad, consideramos que un niño de 3 años no ha terminado su dependencia de la madre y nos parecía un abuso de autoridad que las leyes penitenciarias tratarán de coartar ese derecho de los niños a estar con la madre al menos hasta los 6 años", apuntó.
María, una de las madres internas que registró a su hija recién nacida este lunes, relató cómo llevó su embarazo en prisión y al mismo tiempo monitoreó el desarrollo de sus otras dos niñas a quienes cuida su familia en casa.
Para ella, es positivo que el penal no les permita permanecer con sus hijos más de seis años, pues considera ideal que vayan a la escuela en libertad aunque implique no estar cerca de ellos.
"Un poco complicada porque es mi tercer embarazo, fue un poco más difícil pero dentro de la institución estuve muy tranquila, muy apoyada por todos, los doctores muy al pendiente, las autoridades muy al pendiente de todo lo que necesitaba (...) Para mí está perfecto porque de por sí los niños son muy apegados a las madres, entonces con el paso del tiempo imaginate, son seis años, un año ya tiene que entrar a la escuela, tengo una niña que ya está en la escuela de seis años y para mi sería difícil que estuviera conmigo tanto tiempo porque el desapego va a ser más difícil".
María relata que a pesar de estar lejos de su familia y esposo, tanto ella como su bebé cuentan con el cariño de las otras mujeres internas y sus hijos, con quienes se apoyan para ofrecer a los niños el mejor desarrollo posible.