Quirópteros, oscuros labriegos




Por Roberto Castelán López

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Los quirópteros, conocidos comúnmente como murciélagos, son aquellos mamíferos que adquirieron la capacidad de volar al modificar sus extremidades delanteras. No obstante, suelen confundirse con las aves, siendo en realidad grupos muy diferentes que bajo presiones ambientales desarrollaron una morfología que les permitiera volar, pero de forma independiente.

A esto se le conoce como una convergencia evolutiva. Las aves fusionaron los huesos de sus extremidades delanteras al momento que perdieron huesos de la muñeca para hacerlas más flexibles, y desarrollaron diferentes tipos de plumas y sobre todo músculos especializados para el vuelo que se unen a un importante hueso surgido hace millones de años, conocido como furúcula.

Artibeus Jamaisensis (frugívoro). Fotografía de Leonel Acosta López Artibeus Jamaisensis (frugívoro). Fotografía de Leonel Acosta López

Los murciélagos, por su parte, extendieron los huesos de sus dedos en algún momento de su historia evolutiva, en vez de fusionarlos como en las aves. No tienen plumas en las alas, sino más bien una membrana interdigital conocida como patagio. Por tanto, no guardan relación alguna con las aves, más allá de que ambos son vertebrados.

Después de los roedores, son el grupo más grande de mamíferos en el mundo, con aproximadamente 1100 especies. En México encontramos 137, y en Jalisco un número que ronda las 70 a 73 especies.

Aquí, en Lagos de Moreno y sus alrededores, la información sobre este orden de mamíferos es muy pobre, y se basa principalmente en avistamientos y observaciones más que en investigaciones. Se intuye la presencia de los géneros Molossus, Nyctinomops, Lasiurus, myotis y parastrellus.

Choeronycteris Mexicana (nectarívoro). Fotografía de Leonel Acosta López Choeronycteris Mexicana (nectarívoro). Fotografía de Leonel Acosta López

Hoy en día se sabe de la importancia que juegan los murciélagos en el ambiente.

El Dr. Ignacio Íñiguez Dávalos, experto en murciélagos, menciona algunos de los roles más importantes de estos animales en el ecosistema. Al tener diferentes dietas, los murciélagos pueden contribuir en la dispersión de frutos y semillas, así como el control de plagas de insectos, donde podemos mencionar mosquitos y polillas, y son indispensables para la reproducción de algunas plantas con flor.

Desmodus Rotundus, murciélago vampiro (hematófago). Fotografía de Leonel Acosta López

De hecho, el investigador Íñiguez Dávalos, menciona un caso peculiar en donde los murciélagos nectarívoros son responsables de más del 60% de la producción de pitahayas en el valle de Autlán.

Su mala fama como chupadores de sangre se la deben en realidad a una sola familia conocida como Desmodontinae, que consta de únicamente tres especies.

Los quirópteros son nocturnos, su sistema de ecolocalización por ultrasonidos es el que les permite conocer su entorno y los elementos que los rodean, para de este modo poder desplazarse y cazar aún sin ver. En la noche es común escuchar el tenue sonido que estos emiten al volar, parecido ligeramente a un chillido discontinuo.

Los quirópteros están actualmente divididos en dos subórdenes, conocidos como Megachiroptera y Microchiroptera. Es oportuno mencionar que esta clasificación ha sido polémica en los últimos años, ya que nuevos análisis morfológicos y moleculares sostienen que podria tratarse de un grupo no natural, o parafilético, es decir, que tenga dos ancestros en común en lugar de uno. Incluso se ha propuesto que los megachiropteros, como los zorros voladores, están en realidad más relacionados con los primates que con el otro grupo de murciélagos. En fin, el debate sigue.

Leptonycteris yerbabuenae (nectarívoro). Fotografía de Leonel Acosta López Leptonycteris yerbabuenae (nectarívoro). Fotografía de Leonel Acosta López

Mucho se habla acerca de sus peligrosas eses depositadas en las cuevas que habitan, pero últimamente se ha trabajado con este conocido “guano” en fertilizantes orgánicos y los resultados son positivos. De la misma manera, se han logrado avences en la medicina cardiovascular con ayuda de la saliva que poseen algunos vampiros, ya que es capaz de retener la coagulación sanguinea por medio de una sustancia específica.

Con frecuencia, se les considera feos, y quizás solo son animales diferentes y poco comprendidos por el ser humano, pero tienen un valor que va más allá de su propio ambiente y estudiarlos puede mejorar la calidad de vida de las personas. Independientemente si son del agrado de muchos o no, hay que conservarlos y respetarlos.