Por Paúl Martínez Facio

Vecinos de Jaritas exponen la necesidad de contar con una casa de salud que les brinde el servicio dentro de la comunidad, pues a pesar de que en algún momento se tuvo la intención para construir las instalaciones para ello, esto no pasó de ser la mera intención. Esto es lo que comparten los vecinos:

«Eso sí no, es lo único que hace muchos años se proyectó hacer uno aquí en el terreno de la casilla pero hasta ahí quedó».

«A nosotros nos pidieron una cooperación… que iban a hacer un centro de salud, que nos lo iban a hacer aquí y resultó que lo hicieron en Cristeros, de todas maneras ocupamos un raite. Por eso cada presidente que va a entrar nosotros le hacemos la propuesta de que quisiéramos un centro de salud aquí, porque pues sí habemos muchas enfermitas, inclusive yo, pues cada ratito me llevan al doctor, padezco presión alta y diabetes».

Y es que para recibir atención en el centro de salud al que están adscritos, tienen que llegar temprano para recibir turno, lo que no resulta sencillo debido a que dicho centro se encuentra hasta la colonia de Indeco, mientras que en otras instituciones no se les atiende a menos que se trate de una urgencia evidente, por lo que tienen que optar por acudir al servicio médico privado.

Añaden:

«Pues uno acude a un particular, porque si amanezco enferma, o uno de mis hijos o qué sé yo, acudo a mi centro de salud, pues si llego tarde y nada más repartieron ocho o diez fichas pues ya no alcanzo, tendría que llegar como a las seis de la mañana, seis y media, tener que estar así, a veces uno no acude porque como el centro de salud al que nosotros acudimos está muy en las orillas del pueblo, uno también ya tiene miedo estar uno ahí. Entonces si yo voy, o acudo al regional, si yo llegó no me dan atención en urgencias, porque ellos mismos te dicen “no te puedo atender porque no vienes de gravedad”».

Agregan además, en caso de una urgencia, están condicionados a tener en qué trasladarse, y quién los pueda llevar, porque no existe un transporte público en el que se puedan mover, por lo que quedan expuestos a que un accidente común llegue a tener consecuencias de mayor gravedad. A continuación, el testimonio de una vecina de la comunidad de Jaritas:

«Sí, a nosotros si nos hace falta, como le digo a veces nos pasa algo, como un día se picó una de mis nietecitas, yo estaba sola, el señor se había ido a trabajar y yo sola, y el chorrotote de sangre que le salía a la niña, y qué hacía yo, sino que yo le amarré la patita, le saqué el alambre, porque era un alambrón, lo que se encajó, se lo saqué y el chorrotote de sangre y yo qué hacía. Daba de vueltas, pero pues quién, si todos los hombres trabajan, yo pienso que es lo que más falta, un transporte o un centro de salud».

Aunque de alguna manera los residentes de la comunidad consiguen obtener los servicios de salud que requieren, no es gracias a que cuentan con ellos al alcance de todos y no es enfrentando pocas dificultades.