Mujeres mueren en Jalisco por parir: violencia obstétrica




Por Ana Sofía Quezada* e Ivette Solórzano

Guadalajara, Jalisco.

Según con el Comité Promotor por una Maternidad Segura en Jalisco, en lo que va del 2018 alrededor de 14 mujeres han fallecido durante el trabajo de parto en Jalisco, lo que se conoce como muerte materna. El año pasado fueron 40 mujeres las que fallecieron en el Estado por la misma causa.

Esta organización señala que los estados con más registros de muerte materna en México son: Chiapas, Estado de México, Jalisco y Veracruz. La principal causa de muerte materna es la baja calidad de los servicios de atención médica, cifras que hablan sobre la poca atención que se les da a las mujeres en el riesgo.

Muchas mujeres que se embarazan lo hacen cuando su cuerpo presenta sobrepeso, acto que especialistas no recomiendan ya que esto es un factor de riesgo. El problema está en que la información que se les brinda a las mujeres es muy poca y deficiente.

En México no existe la cultura de asistir a consulta antes de embarazarse y hasta el momento tampoco campañas que lo promuevan, la información sobre cómo debe vivirse un embarazo llega hasta que la mujer ya se encuentra en estado de gestación.

- ¿Cómo se pude comprobar la violencia obstétrica? -

En México, únicamente los estados de Chiapas, Guanajuato, Durango y Veracruz cuentan con la definición de violencia obstétrica en sus reglamentos, pero sólo en Veracruz está tipificada como delito. En Jalisco no existe el término legal ni existe legislación que permita la denuncia; si una víctima de violencia obstétrica quiere denunciar debe ser por negligencia médica.

Contrario a lo que dice la ley, “la consulta preconcepcional debe fomentarse para promover la salud de la mujer y de su descendencia [...]. La asistencia del personal de salud debe estar dirigida a identificar y aconsejar sobre los problemas existentes, situar a la mujer en las mejores condiciones de salud posible para embarazarse” (NOM-007-SSA2-2016).

violencia obstétrica Jalisco Diseño: Irving García

Otra causa común de la muerte materna es la hemorragia obstétrica, la cual se presenta cuando los médicos jalan la placenta al terminar el parto en lugar de esperar a que salga por sí sola. La ginecóloga Susana Stephens afirma que esto es una práctica común, ya que ellos como médicos deben de orientar la placenta para que pueda salir.

De acuerdo con una investigación realizada el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), del 2007 al 2011 hubo 5 mil 386 muertes maternas, de las cuales, 4,046 muertes pudieron ser evitadas ya que sucedieron por causas como aborto clandestino, enfermedades hipertensivas, hemorragias durante el parto o la muerte obstétrica por causas no identificadas.

Es decir, el INEGI documentó que 75% de las muertes maternas de ese periodo, se pudieron evitar.

Del 2010 al 2016 han muerto en México 7 mil 161 mujeres durante el parto, lo cual representa que 99 mujeres fallecen al mes sólo por parir, según información de maternidad del INEGI. Siendo la edad de 25 a 29 años la que mayor presenta defunciones. Un dato que salta son las menores de edad, las cuales suman 33 muertes maternas.

Sofía Reynoso, representante del Comité promotor por una maternidad segura en Jalisco, señala que, “las cifras han disminuido en comparación a hace 10 años, más no cesado, pues en marzo del presente año el comité identificó 160 muertes maternas en el país.”

 - Violencia obstétrica -

La violencia obstétrica es toda acción u omisión en contra del cuerpo de la mujer durante el embarazo, parto o postparto. Este tipo de agresiones son ocasionadas por parte del personal de salud que pueda dañar física o psicológicamente a una mujer. También se presenta cuando no se respetan las decisiones de la embarazada.

Leticia Hernández sufrió de violencia obstétrica en su primer parto, el médico encargado le jaló la placenta, lo cual le ocasionó una hemorragia grave, afortunadamente sobrevivió para contar su historia y esta experiencia la llevó a crear el proyecto Mamás que se cuidan”.

Video: cortesía

Mamás que se cuidan es un proyecto que surge en 2017 con el objetivo de concientizar a las mujeres y a la sociedad civil sobre la violencia obstétrica y las consecuencias de ésta, se trata de concientizar, pero también de prevenir con información.

“Difícilmente un doctor te va violentar o al menos no será tan obvio durante una consulta, porque tienes el poder de levantarte e irte a quejar, en el parto te encuentras en total vulnerabilidad”, explica Leticia Hernández.

Muchas veces, cuando las mujeres se quejan de los malos tratos que reciben en el momento del parto son juzgadas socialmente o no se le da importancia a las acusaciones, lo que afecta los procesos de maternidad ya que toda violencia deja un trauma, tanto para la madre como para el bebé.

Al terminar el trabajo de parto, el recién nacido es separado de su madre, esto es considerado violencia obstétrica pues el vínculo entre la madre y el recién nacido es estrecho. La ginecóloga Susana Stephens explica que, el momento de acercar al recién nacido al estómago de la madre, es importante ya que en ese instante se puede apreciar el vínculo que existe entre ellos.

 - ¿Qué es un parto humanizado o respetuoso? -

Para María Cortez, una partera de 36 años, cofundadora de su propia casa de partería, Casa Aramara ubicada en la Colonia Centro de Guadalajara, el parto respetuoso comienza desde el embarazo; para ella es importante conocer a la embarazada y desarrollar vínculos de confianza con su paciente antes del parto.

El objetivo de un parto humanizado o “respetuoso” es simplemente eso, respetar las decisiones de la mamá y del recién nacido, respetar su integridad, sus tiempos, sus necesidades físicas, emocionales y espirituales. Para ella todo esto es importante, pues en su mayoría las mujeres recuerdan el trabajo de parto y el momento en que trajeron a sus hijos al mundo, por ello es importante el respeto a ese momento memorable.

María dice que un parto “respetuoso” es diferente para cada mujer, pues hay quienes necesitan más apoyo y compañía que otras. Según su experiencia, el parto es 90% emocional y 10% físico, pues el cuerpo de la mujer está diseñado para parir, y la más grande traba suelen ser los miedos difundidos en torno al parto, como el miedo al dolor o al maltrato que se sufre en el quirófano.

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La ginecóloga Susana Stephens no está de acuerdo con esta visión, pues ella ve el parto como una actividad dinámica que no se puede controlar y en donde no se sabe qué va pasar, “el parto es un proceso donde se pueden tener complicaciones que no se pueden resolver en casa”.

Para María es importante que las mujeres asuman la responsabilidad sobre sus cuerpos y sobre sus hijos, que tomen decisiones de acuerdo con lo que ellas quieran y no con lo que les digan los médicos; el embarazo y el parto no son enfermedades, por lo cual es importante que la mujer se informe y decida.

El parto visto desde un enfoque de respeto. De respeto tanto al cuerpo de la mujer, así como a sus decisiones y peticiones. En donde a final de cuentas es ella la que manda sobre sí. Y las instituciones, las encargadas de brindar un servicio óptimo y de calidad, ya sean públicas o privadas, quienes deben propiciar, en todo momento, la salud de ambos, el recién nacido y su madre.

*Ana Sofía Quezada es periodista e investigadora, ha publicado en medios como Proceso Jalisco, Homozapping y proyectos locales.