Ginebra, Suiza.
La mortalidad causada por la malaria regresó a los niveles anteriores a la pandemia de covid-19, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), que insta a avanzar más rápidamente en la lucha contra esta enfermedad que provocó 597.000 muertes en 2023.
En un informe publicado el miércoles, la OMS estimó en 263 millones el número de casos de malaria en el mundo el año pasado. Esto representa unos 11 millones de casos más que en 2022, pero con una cifra de muertes prácticamente igual.
En cuanto a la tasa de mortalidad, "hemos vuelto a las cifras previas a la pandemia",
anunció Arnaud Le Menach, del Programa Mundial de Lucha contra la Malaria de la OMS, en una conferencia de prensa.
En 2020, las interrupciones causadas por la pandemia provocaron un fuerte aumento de muertes relacionadas con la malaria, con 55.000 fallecimientos adicionales. Desde entonces, el número total de muertes y la tasa de mortalidad disminuyen gradualmente.
- El despliegue más amplio de vacunas promete aliviar la carga de la enfermedad en África, la región más afectada, donde se concentran entre 94% y 95% de las muertes por malaria.
La OMS recomienda el uso de dos vacunas, RTS,S y R21/Matrix-M, en las zonas afectadas.
Entre 2019 y 2023, cerca de 2 millones de niños en Ghana, Kenia y Malaui fueron vacunados con RTS,S.
Según Mary Hamel, que lidera el equipo de vacunas contra la malaria en la OMS, 17 países de África subsahariana han introducido la vacuna en sus programas de inmunización infantil, incluidos los tres países piloto.
"Hemos observado en estos tres países una reducción del 13% en la tasa de mortalidad durante los cuatro años del programa", explicó.
- Progresos importantes -
Aunque es "un poco pronto" para medir el impacto en los demás países, Hamel indicó que los que comenzaron a implementar el programa este año siguen una trayectoria similar a la de los países piloto, lo cual considera "muy alentador".
- La OMS señala que intensificar la vacunación en África podría salvar decenas de miles de vidas jóvenes cada año.
En 2023, cuatro países (Azerbaiyán, Belice, Cabo Verde y Tayikistán) fueron certificados como libres de malaria, y Egipto alcanzó ese estatus en octubre de 2024.
El despliegue de mosquiteros de nueva generación avanzó significativamente, contrarrestando la resistencia a los insecticidas de versiones anteriores.
Pero a pesar de los avances persisten varios obstáculos como la falta de fondos, vacunas suficientes, el impacto del cambio climático -que favorece la propagación del mosquito transmisor- y desigualdades sociales, que limitan el acceso a medidas preventivas y tratamientos.
El director del Fondo Mundial de Lucha contra el VIH, la Tuberculosis y la Malaria, Peter Sands, calificó algunos datos del informe como "alentadores",
reconociendo que "los progresos estuvieron estancados durante años".
- Sands abogó por una doble estrategia: invertir en nuevas tecnologías y mitigar los efectos del cambio climático en los sistemas de salud.
Por su parte, el jefe de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, destacó que las nuevas herramientas ofrecen una mejor protección contra la malaria, pero subrayó la necesidad de más inversiones y acciones en los países africanos con alta carga de la enfermedad.
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