Ciudad de México, México.
El Gobierno de México anunció hoy el fin de su política migratoria de contención y seguridad para pasar a un nuevo paradigma que privilegia el respeto a los derechos humanos de los migrantes y el desarrollo económico en la región.
La presentación de la nueva política migratoria de México coincidió con la jornada en que la Asamblea General de Naciones Unidas ratificó el Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular aprobado el 10 de diciembre pasado en Marrakesh.
Este mismo día, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) demandó a las autoridades el rápido esclarecimiento del asesinato de dos migrantes hondureños menores de edad ocurrido en Tijuana.
Marcelo Ebrard destacó la coincidencia de que las nuevas directrices, presentadas hoy en la Secretaría de Gobernación, sean anunciadas el mismo día de la ratificación del Pacto en la Asamblea General.
"México es el primer país del mundo que ajusta sus políticas migratorias al Pacto", destacó.
La secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, destacó que la política migratoria que aplicará México se adapta al acuerdo de la ONU en dos ejes fundamentales: derechos humanos y desarrollo regional.
Sánchez Cordero resaltó la importancia que para la aplicación de este programa tiene el desarrollo del sur de México y de los países que forman el llamado Triángulo Norte de Centroamérica: Guatemala, El Salvador y Honduras.
La ministra destacó el vínculo del la nueva política con el anuncio de Ebrard formulado el martes de que Estados Unidos destinará más de 2 mil millones de dólares a desarrollar proyectos en el sur de México. "Es una noticia impresionante. Una de las inversiones más importantes para detonar desarrollo", apuntó.
Como parte de la nueva política migratoria, Sánchez Cordero anunció una reestructuración del Instituto Nacional de Migración "desde sus entrañas mismas para que cambie la visión" hacia la no criminalización del migrante y el respeto irrestricto a sus derechos.
El subsecretario de Derechos Humanos, Migración y Población, Alejandro Encinas de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas, apuntó que la posición migratoria que ha tomado México no tiene relación alguna con las políticas aplicadas por Estados Unidos, que no apoya el Pacto de Marrakesh.
"Es una política migratoria soberana y por tanto es una política que responde al interés del país. Vamos a hacer nuestra propia política migratoria", aseveró Encinas.
Sostuvo que la nueva estrategia de México significa un replanteamiento profundo de la política migratoria del país y también de los términos de las relaciones con Estados Unidos y los países de Centroamérica.
"Se va a rescatar uno de los principios fundamentales de nuestra política exterior, que es la cooperación internacional para el desarrollo integral de la región", comentó Encinas.
Detalló que uno de los ejes rectores del nuevo paradigma es que la política migratoria va a estar basada en el respecto a la vida humana y a los derechos humanos.
Establece igualmente que los migrantes "son sujetos plenos de derecho" y que México debe garantizar su seguridad y protección en el país.
"Vamos a dejar atrás las políticas de estigmatización, de discriminación y de criminalización para establecer una política de derechos, para asumir la movilidad humana como un derecho", aseguró Encinas.
La nueva política tendrá además un efecto positivo en la protección de los mexicanos que viven en otros países, principalmente Estados Unidos, donde radican unos 24 millones de ciudadanos, consideró.
Según la Organización Internacional para las Migraciones, se estima que cada año México deporta a unos 150 mil ciudadanos de origen centroamericano.
Un informe de la CNDH publicado a principios de 2018 detalló que 70% de los indocumentados que entran a México son hondureños, 12% salvadoreños, 10% guatemaltecos y el resto de otras nacionalidades.
Desde octubre pasado, al menos 9 mil centroamericanos, principalmente de Guatemala, El Salvador y Honduras, entraron a México en varias caravanas para dirigirse a la frontera con Estados Unidos a pedir asilo, y miles de ellos están varados en la ciudad fronteriza de Tijuana.