Guadalajara, Jalisco.
México es uno de los países más desiguales de la OCDE, así lo confirmó Gabriela Ramos, Directora de la Organización de Cooperación para el Desarrollo Económico (OCDE) y Sherpa en el Foro OCDE “Prioridades para México” llevado a cabo en el marco de la Feria Internacional de Libro de Guadalajara (FIL).
Porque la FIL no es sólo libros Gabriela Ramos declaró que la conferencia estaba destinada a hablar sobre realidades enfocándose en el tema de crecimiento incluyente. México es uno de los países más desiguales de la OCDE y eso no es ninguna novedad.
La primera vez que la OCDE publicó sobre el tema de la desigualdad fue durante el año 2007, la publicación se llamaba “¿Creciendo en la desigualdad?” Al publicar la segunda edición el título era el mismo pero ya sin plantear una pregunta porque la desigualdad es un fenómeno social que ha ido creciendo con el tiempo.
Gabriela Ramos explicó que en la actualidad existe una dinámica perniciosa que tiene que ver con la acumulación de desigualdades que no sólo implica pertenecer a una familia que tiene bajos ingresos por lo que los estudios que ha realizado la OCDE analizan aspectos que no sólo se ocupan del ingreso y del bienestar material sino de las posibilidades de las personas de desarrollar su potencial.
La Directora de la OCDE aseguró que “Si uno nace en una familia de bajos ingresos, en una familia donde los padres no llegaron a un nivel secundaria o preparatoria en la educación, se tiene el 15% de posibilidades de llegar a ese nivel en contraste con quienes tienen familias con mayores niveles de educación escolar, que es casi 65%”.
Además, se cuenta con datos medibles que muestran que regiones con alta desigualdad tienen una esperanza de vida menor que regiones que tienen mayor dinamismo económico.
La última publicación de la OCDE que trata el tema de la desigualdad se titula “El elevador social roto” ya que se tiene la idea de que si una persona aunque tenga recursos limitados accede a la educación, tiene las posibilidades de salir adelante. Esto no siempre ocurre así y de hecho tomaría cinco generaciones para alguien que nació en el nivel del ingreso bajo para llegar a la media, explicó Gabriela Ramos.
Sin embargo, el problema de la desigualdad es más complejo: En México la mitad de la población vive en condiciones de pobreza. En este panorama, tenemos las grandes concentraciones de ingresos. Una muestra de esto es que en Estados Unidos el 80% de los activos financieros están en manos del 10% más rico y se siguen ampliando estas brechas.
Además destacó que no es aislado lo que sucede en el entorno económico de lo que sucede en el entorno político pues una mala política económica tiene malos resultados políticos. Por lo tanto, es necesario cambiar la manera en que pensamos el desarrollo económico y no centrarse únicamente en el ingreso PIB per cápita.
Finalmente, Gabriela Ramos declaró que es imprescindible eliminar los obstáculos de la participación femenina ya que eso representa un ancla para el desarrollo. No sólo es una cuestión de política social, es una cuestión de política económica y de repensar cómo creamos la política económica, es repensar el papel del Estado. En materia de educación destacó que es necesario realizar una intervención desde el preescolar ya que ahí empiezan las divergencias.
“Es necesario ver cómo evitar esta medición que hacemos de los resultados económicos solamente mediante el PIB y el PI per cápita. Tenemos que hacerlo multidimensional y ver cómo cada política afecta a diferentes grupos de ingresos y cómo el bienestar y las oportunidades se reparten de mejor manera”. concluyó.
Redacción: Andrea Gómez
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