Berlín, Alemania.
Más de 81 mil usuarios alemanes se sumaron a la demanda colectiva que la mayor asociación de defensa de los consumidores del país presentó contra Volkswagen por el escándalo de manipulación de vehículos diésel que saltó a la luz en 2015.
"El interés en adherirse a una demanda contra Volkswagen es manifiestamente alto. Contamos con que siga aumentando el número de personas", señaló el presidente de la Oficina Central del Consumidor en Alemania (VZBV), Klaus Müller.
El paso dado por los ciudadanos, que supera con creces las 50 personas que se necesitan para constituir una demanda colectiva en un plazo inferior a los dos meses, permite que se inicie un proceso judicial contra la compañía.
Tres años después de que la fabricante germana escandalizara al mundo al reconocer que había instalado un software fraudulento en 11 millones de vehículos en todo el mundo, la VZBV ha tomado la iniciativa para defender los derechos de los consumidores aprovechando que en el país europeo entró en vigor el pasado 1 de noviembre una nueva ley que permite interponer demandas colectivas.
Este nuevo instrumento, al que se pueden sumar de forma gratuita todas aquellas personas que hayan comprado a partir de 2008 un coche de las marcas Volkswagen, Audi, Skoda o Seat con motor del tipo EA 189, les permitirá a los consumidores reclamar con mayor facilidad sus derechos ante el gigante automovilístico y les da una mayor esperanza de cobrar indemnizaciones y todo ello sin correr ningún riesgo económico.
La VZBV persigue que los dueños de automóviles que se vieron afectados por la manipulación de Volkswagen puedan ser indemnizados debido a la pérdida de valor que sufrieron sus vehículos una vez que se dio a conocer el escándalo.
Aparte de los conductores que se han sumado a esta demanda colectiva, miles de conductores han demandado hasta la fecha de forma individual a Volkswagen por el escándalo de manipulación. Según datos facilitados por la compañía, en septiembre todavía había 23 mil 800 casos pendientes de juicio.
Volkswagen admitió en septiembre de 2015 haber manipulado más de 11 millones de automóviles diésel en todo el mundo mediante la colocación de un dispositivo fraudulento que disfrazaba las emisiones reales de gases.
La compañía ya tuvo que pagar miles de millones en Estados Unidos por el escándalo, que dañó gravemente la imagen de la empresa y de los automóviles diésel. La Justicia estadounidense condenó además a dos ex trabajadores de VW a varios años de prisión y a multas elevadas.
En Alemania, en junio de este año Volkswagen aceptó pagar una multa de mil millones de euros (unos mil 180 millones de dólares) porque las investigaciones de la Fiscalía determinaron que se produjeron "incumplimientos del deber de vigilancia".