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Por Tatiana Sánchez
Biografía y niñez en relatos del autor
Mariano Azuela González nació en Lagos de Moreno el primero de enero de 1873. De acuerdo con algunos de sus textos autobiográficos, fue un niño que disfrutaba de la naturaleza y de lo que ésta le regalaba. Sus horas felices en la infancia, se desarrollaron en gran medida en el rancho La Providencia, propiedad de su abuelo, a quien le dedica algunas páginas de sus escritos. A continuación parte del cuento “El Talayotito”, incluido en sus Obras Completas, publicadas por el Fondo de Cultura Económica:
“Decía que de pronto fuimos tres, cuatro, la bola. Para que no diéramos tanta guerra, nos despachaban al “corral de abajo”. A la cabeza de menudo batallón Camila Rocha nos hacía amable la vida dándonos “un concepto exacto y racional del Universo” con su rico repertorio de cuentos, consejas y explicaciones. Construimos presas, puentes, edificios y otros trabajos que los cerdos nos hacían fracasar. Allí levantamos trapecios y barras fijas para aprender a cirqueros, nos untábamos en las piernas sebo de coyote para ser buenos corredores, fabricábamos un teatrito para los títeres y fortificaciones para nuestros ejércitos de estaño. Inicie mi aprendizaje de domador de fieras con una yegua tuerta que en vez de morder el terrón de azúcar que francisanamente le ofrecí por poco se lleva dos dedos de mi diestra dejándome huellas que aún conservo”.
De acuerdo con el cronista colegiado Oscar González Azuela, el escritor laguense realizó sus primeros estudios en el seminario, luego en su juventud decidió trasladarse a la ciudad de Guadalajara para estudiar la carrera de medicina, misma que ejerció a la par de la escritura de sus grandes obras.
“Mariano Azuela es un medico aficionado a la literatura, antes que literato hay que entenderlo como médico. Estudia, se enfrenta a su padre, sale del seminario, se rebeló contra esa decisión de estar en el seminario, va a revalidar algunos estudios en la Preparatoria regional y de ahí se mete a Medicina, no hace el tiempo de medicina que se debería de hacer, lo hace con sobrado tiempo. Hay que entenderlo como el muchacho inquieto al que la vida lo va poniendo en los puntos vitales y que él sabe aprovechar para la literatura”.
Características de sus Obras
La primera obra de Mariano Azuela, titulada María Luisa, fue inspirada en una mujer de la vida galante a la que conoció en uno de los hospitales a donde iba a realizar sus prácticas de medicina en el año de 1907. A esta le siguieron obras como Los Fracasados, en 1908, Los Triunfadores y Mala Yerba en 1909, Andrés Pérez Maderista en 1911 y su obra más conocida Los de Abajo en 1915. Después de esa fecha salieron a la luz otras novelas del escritor laguense.
Oscar González, señala que las obras de Mariano Azuela pueden ser estudiadas en cuatro etapas distintas:
“Primero hay una en la que él mismo se considera un relator objetivo de lo que está pasando, esa es una primera etapa que son las cuatro primeras novelas, pero a partir de Andrés Pérez Maderista él mismo reconoce ‘deje de ser el narrador veraz y objetivo’. En la primera edición de Andrés Pérez aparece su cara, da la cara ¿a quiénes?, a los caciques que lo habían sacado, es un rasgo importante y se va por todo el trabajo que hace en el movimiento revolucionario. Hay una tercera etapa, La Luciérnaga, La Malora y El Desquite, son sus hijos naturales, los cuales como no tenían éxito, cambió de técnica. Retoma su estilo después de esas tres novelas y entonces es en donde yo veo al cronista urbano de la Ciudad de México del barrio bajo aunque siempre va estar con reminiscencias de Lagos cambiándole uno otro nombre pero siempre esta hilvanado”.
En la mayoría de sus novelas Mariano Azuela buscó siempre darle voz a los desfavorecidos, los que se quedaban abajo en la clasificación social, a aquellos que acudían a su consultorio en busca de atención médica aunque no contaran con dinero para pagar por su trabajo. A aquellos que hasta en sus últimos días vieron en él más que un escritor, un medico dedicado a atender a los más pobres.
«Vivió siempre en la modestia, incluso cuando muere, hay algo que nos relata Pepe Alvarado “cuando muere y es velado en su modesta casa en la calle del Álamo en Santa María de la Rivera, lloraban en el la puerta de su casa mujeres humildes de rebozo y que decían ´se nos murió el doctor, qué vamos hacer´”, y dice: el doctor, el médico de pueblo había muerto pero sobrevivía el cronista de la Revolución mexicana para muchos pueblos».
En el año de 1949, treinta y cuatro años después de haber escrito su obra más famosa, le fue otorgado el Premio Nacional de Ciencias y Artes.
Mariano Azuela murió en la Ciudad de México el primero de marzo de 1952, a la edad de 79 años, dejando en su haber más de 25 obras en las que se muestra el México de la Revolución y el de las décadas posteriores, así como relatos en los que se puede apreciar el Lagos de Moreno que le tocó conocer.