Por Tatiana Sánchez
Como parte de las actividades de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara se llevó a cabo en el Aula Magna Dr. Cirilo Medina del Centro Universitario de los Lagos, una charla literaria a cargo de la escritora coreana Yon Suh Hee, junto a Mi Young Moon quien se encargó de interpretar para la escritora y para los asistentes todo lo compartido.
Trayectoria literaria
Yon Sung Hee nació en 1973 en la provincia de Gyeonggi, en Corea del Sur. Es egresada de la licenciatura en Filosofía por la Universidad de Chan Ju ysu carrera literaria comenzó tras ganar el concurso literario de primavera del periódico Dong-A Ilbo con La casa hecha de Lego.
Otras distinciones que le han sido otorgadas son los premios de las Mejores Artes del Año, de Literatura Yi-soo, de Literatura Hwang Sun-Won, de Artista Joven de Hoy y el Hangook Ilbo de Literatura.
Género Literario
Yon Sung Hee escribe novelas cortas, sus historias están llenas de fantasía e imaginación, en ellas se pueden encontrar personajes amantes de los viajes, sobre todo hacia nuevos lugares, pues como comentó en la charla, vivir en Corea del Sur no le daba muchas posibilidades de conocer nuevos países por las vías terrestres, por lo que utilizaba su imaginación para poder volar hacia otros paisajes inspirados en las historias que ha leído a lo largo de su vida.
Yun Sung Hee, en voz de Min Yon Mun, platica como desarrolla su imaginación:
“Nunca me imaginé, porque yo estuve siempre en Corea del Sur, poder conocer otro país a través de la tierra, por haber estado en una tierra quizás un poco cerrada que no tiene oportunidad de conocer el mundo a través de los carros vía terrestre, quizá es por eso que mi imaginación es mucho más con una curiosidad de conocer otro país”.
A pesar de que al inicio de su carrera literaria, la escritora sentía que no tenía las habilidades para dedicarse a la novela por no haber tenido experiencias dolorosas, desgarradoras o traumáticas como la mayoría de los escritores consagrados según su perspectiva, con el tiempo y la práctica comprendió que no era necesario tener que pasar por situaciones extraordinarias de dolor o tragedia para poder darle vida a sus personajes:
“Yo tuve una vida súper ordinaria como se los dije ya, pero cuando entré a la universidad a la carrera de escritura creativa muchos que vienen a ser realmente poetas, novelistas, me sorprendía de las ideas que traían, me sentía muy pequeña. […] Entonces yo imaginaba, porque mis padres ni siquiera han sido divorciados, si me hubiera dado una tragedia como esa hubiera escrito mejor. […] Pero después reflexioné, dije: ‘si las novelistas no es necesario que escriban su vida, es realmente hablar de otros, de un personaje imaginario... entonces si yo no tengo qué contar, voy a contar tengo el espacio abierto, historias infinitas que podría contar de otros'”.
La escritora compartió que antes de escribir una nueva historia, lo primero que piensa es en sus personajes, les da vida desde sus primeros años sin importar si serán adultos. Intenta pensar como lo harían ellos, imagina qué sentirá en cada una de las situaciones en las que se encontrará dentro de la novela.