La filosofía del derecho a favor de los animales




Por Tatiana Sánchez

“San Francisco compadecido de aquellos hombres, determinó ir en busca de dicho lobo […] lo llamó diciéndole: ven aquí, hermano lobo […] tú has causado muchos daños en estas tierras, […] toda la gente se queja y murmura de ti, y toda esta tierra te es enemiga. Pero ahora hermano lobo, yo quiero hacer la paz entre ti y ellos, de modo que tú no les hagas más daños y ellos te perdonen todas las ofensas pasadas, y ni los hombres ni los perros te perseguirán más […] hermano lobo ya que tú quieres hacer guardar esta paz, yo te prometo que los hombres de esta ciudad te den el sustento, mientras vivas, para que nunca pases hambre; pues bien sé que por causa del hambre has hecho tantos daños”. Fragmento Florecillas de San Francisco de Asís, anónimo. (México: Porrúa, 1965)

Nely Lucano Ramírez es licenciada en filosofía por la Universidad de Guadalajara y doctorante en Humanidades. Se desempeña como coordinadora de difusión y es activista de la organización internacional no gubernamental Igualdad Animal México. En su libro A favor de los animales; fragmentos filosóficos contra el especismo, publicado por la editorial del Centro Universitario los Lagos, nos muestra un recorrido de tres capítulos en los que aborda los derechos de los animales desde la filosofía:

“Yo abordé el problema no solamente de la filosofía moral, es decir, cómo se estructura esta problemática en actualidad y cómo la hemos abordado (así como) la posibilidad de llegar a una liberación animal como lo postula Peter Singer. […] La filosofía moral, abarca unas perspectivas en torno a cómo deberíamos de comportarnos con los animales, pero esa es una cuestión interior o subjetiva de cada individuo; en cambio desde la filosofía del derecho venimos apostándole a que la cuestión que ejercen las leyes posibilitan que aquellos individuos que no están de acuerdo con otorgar derechos de los animales, de alguna manera se tienen que comportar de manera correcta porque son leyes que pueden coartar su libertad o bien coartar algunos de sus derechos y posibilitar los derechos de los animales”.

En el primer capítulo de este libro, la autora mantiene un dialogo con filósofos de distintas épocas, quienes en sus tratados reflexionan en torno a las leyes de los animales:

“En el primer capítulo lo que hago es mostrar cómo filósofos como Pitágoras, Aristóteles Plutarco, Porfirio… nos vienen a hablar acerca de cuál ese relación que mantenemos con los animales no humanos y hasta donde les podemos otorgar derechos, hay quienes se atreven a decir que debemos de tratarlos igual que nosotros, pero el tema es un tema filosófico y es obvio que se tiene que tratar en la academia y me doy a la tarea de eso, es como comienzo a elaborar ese libro, y de eso se trata el primer capítulo”.

Hilda Nely Lucano Ramírez

Mientras que en el segundo y en el tercer capítulo habla sobre la objetivación de los animales, de cómo han sido cosificados desde el humanocentrismo, motivo por el que hace una crítica de la razón bienestarista que cuestiona hasta donde estamos dispuestos a reflexionar sobre los alimentos de origen animal, así como si sabemos de dónde vienen y qué sufrimiento hay detrás de su producción, por lo que se ayuda de otras ciencias como la zoología y el derecho:

“Incluso el tema del derecho animal no es solamente la filosofía como tal, sino tengo que abarcar otras ciencias como puede ser la zoología, como puede ser las neurociencias, el derecho. Entonces este tema se enlaza con otras ciencias no solamente con la filosofía con la filosofía o filosofar abstractamente y quedarme allá, sino bajarlo a la realidad y ver lo que está sucediendo aquí”, comparte.

Lucano Ramírez hace una reflexión en torno a las leyes basadas en un iusnaturalismo en un paradigma antropocéntrico o humanocentrico se vuelve muy difícil otorgarles derechos a los animales. Prueba de ello son las leyes existentes en nuestro país, que según la autora solamente nos obligan con ellos de una manera muy somera, a tal grado que por ejemplo los perros y gatos (que son los que están más protegidos) son llevados a un centro antirrábico o algún veterinario y dormidos, sin recocer sus derechos desde la constitución como los derechos humanos.