Londres, Inglaterra
La reina Isabel II, de 94 años, apareció este sábado en público con motivo de su cumpleaños oficial, pero esta vez en el castillo de Windsor, en lugar de Londres, con menos pompa y sin multitud, debido a la pandemia de la COVID-19.
La crisis por el coronavirus, que condenó a Isabel II a permanecer aislada en Windsor debido a su avanzada edad, ha obligado a este cambio de planes, aunque una banda militar y los guardias galeses hicieron el desfile en el cuadrilátero del castillo.
Con precisión militar, la soberana salió al cuadrilátero a las 10.00 GMT, cuando una banda militar tocó el himno nacional -Dios Salve a la Reina- antes de que ella ocupara su asiento en una improvisada tienda de campaña blanca adornada con flores.
Desde allí, la reina, que llevaba un abrigo verde pálido, pamela a tono, su collar de perlas de varias vueltas y un bolso negro, siguió atenta -en una jornada ligeramente soleada- el desfile de los guardias galeses, con sus uniformes rojos y altos sombreros negros.
Como establecen las medidas del Gobierno para contener el coronavirus, el desfile militar cumplió con la distancia social de dos metros entre cada soldado para evitar un posible contagio.
A diferencia de la ceremonia de Londres, los familiares más cercanos de Isabel II estuvieron ausentes este año y también se suspendió el tradicional vuelo rasante de aviones de la Real Fuerza Aérea británica (RAF) mientras dibujan una estela con los colores de la bandera del Reino Unido: blanca, azul y roja.
Esta es la segunda vez durante los 68 años del reinado de Isabel II, que el desfile militar no puede hacerse en Londres. La anterior fue en 1955 con motivo de una huelga nacional de trenes.
Esta es también la primera vez desde 1895, durante el reinado de Victoria, que un monarca celebra su cumpleaños fuera de Londres.
Isabel II cumplió años el pasado abril, pero en 1748 se dispuso que los reyes celebrasen su día especial un sábado de junio dado que el tiempo está mejor y hay menos posibilidades de lluvia.
El pasado marzo, la reina se trasladó del palacio de Buckingham a Windsor para cumplir el confinamiento, mientras que su marido, el duque de Edimburgo, de 99 años, fue llevado de su residencia de descanso en Sandringham (oeste de Inglaterra) a Windsor.
Los dos fueron fotografiados juntos hace unos días en Windsor con motivo del cumpleaños del duque, quien ya está retirado de la vida pública y solo es visto ocasionalmente en eventos familiares.
Durante el confinamiento, la jefa de Estado estuvo con un reducido personal y mantuvo en forma telefónica sus contactos semanales con el primer ministro británico, Boris Johnson.
Desde el aislamiento, Isabel II pronunció dos importantes discursos al país. El primero el pasado abril para dar apoyo a la población con motivo de la propagación del coronavirus, a la que prometió: "nos volveremos a ver", y el segundo en mayo al recordarse el 75 aniversario del Día de la Victoria (VE Day, en el ámbito anglosajón) aliada ante la Alemania nazi al término de la Segunda Guerra Mundial.
Los familiares más cercanos estuvieron hoy ausentes a fin de evitar un posible contagio de la COVID-19.
El hijo mayor de Isabel II y heredero al trono, el príncipe Carlos, que es coronel de los guardias galeses, debió aislarse el pasado marzo en su residencia de Birkhall, en Escocia, tras dar positivo en COVID-19, aunque sus síntomas fueron leves y su mujer, Camilla, duquesa de Cornualles, dio negativo al virus.