Ciudad de México, México.
La construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), cuya continuidad o cancelación se decidirá esta semana en una consulta ciudadana, pone a una de las regiones más vulnerables de la capital en riesgo de inundación y de desabasto de agua, aseguró el exministro José Luis Luege.
"Estamos ante un riesgo real de inundación de una zona habitada por millones de personas", dijo en entrevista quien fuera titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (2005-2006) y director de la Comisión Nacional del Agua (2006-2012).
El ingeniero asegura que la zona federal del Lago de Texcoco, donde se construye la terminal, está sujeta al "fenómeno de hundimiento del suelo más grande" de la zona de Ciudad de México -que ya de por sí se hunde entre 8 y 12 centímetros anualmente, según la Universidad Nacional Autónoma de México-, de hasta 40 centímetros por año.
Además, la zona es escenario de una situación "crítica", argumenta.
En paralelo a una de las bardas del polígono del aeropuerto corre el canal de aguas negras conocido como Dren General del Valle, que recibe la mayor parte del volumen de los ríos del oriente de la ciudad.
Cuando el canal se construyó había un desnivel, pero debido a los hundimientos del suelo, se ha formado un "tirante muerto" y la capacidad de desagüe se ha evaporado.
Luege apunta que los técnicos que trabajan en las obras del NAIM están teniendo en cuenta los hundimientos, para que este fenómeno "afecte lo menos posible" en el polígono del aeropuerto, pero no están mirando a lo que ocurre en las zonas cercanas.
De acuerdo con el experto, no se están teniendo en cuenta áreas como los municipios de Ecatepec, Chimalhuacán y Nezahualcóyotl, o la alcaldía Gustavo A. Madero de la capital, en las que viven millones de personas "en riesgo de inundación".
El desabasto es otro de los riesgos que acarrea la construcción del nuevo aeropuerto.
Luege relata que el acuífero de Texcoco es uno de los más sobreexplotados del país, ya que se le extrae una cantidad de agua que multiplica por cuatro su capacidad de recarga.
El proyecto del NAIM llevaría a una sobrepoblación de ocho millones de personas "donde no hay agua ni capacidad de carga del sistema urbano y vial", por lo que habría escasez en el área oriente.
"No hay de dónde llevarles agua; así de simple", remacha.
Desde el próximo jueves y hasta el 28 de octubre, los mexicanos podrán participar en una consulta promovida por el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, sobre el futuro del aeropuerto.
En ella, los ciudadanos de 538 municipios del país decidirán si quieren que continúe la construcción del NAIM en Texcoco, o si prefieren que se cancele la obra y que, en su lugar, siga operando el actual aeropuerto, que combinaría sus tareas con el de Toluca y con la base aérea de Santa Lucía.
Los opositores del NAIM, entre los que destacan los habitantes de la zona de Texcoco, también han señalado los daños medioambientales que provocan las obras.
En este sentido, el exministro asevera que se está produciendo un "ecocidio" y que el Lago Nabor Carrillo, que se alimentaba por una planta de tratamiento y un sistema de lagunas, se está secando.
El lugar ha dejado de ser un "lago de espejo permanente" de agua de calidad para recibir a las aves migratorias, como tradicionalmente ha hecho, subraya el ingeniero, quien también destaca que la colocación de las pistas afecta directamente a este cuerpo de agua.
Si tras la consulta el futuro gobierno de López Obrador decide continuar con el NAIM, cuya construcción terminará alrededor del 2023, "vamos a exigir que se mantenga el Lago Nabor Carrillo en tanto no se resuelva el destino final de las aves migratorias".
El ingeniero argumenta que, de ser así, se tendrían que emprender varias acciones para mitigar la pérdida del lago como espejo permanente.
Entre las opciones está sanear el Lago de Guadalupe -cuyas aguas actualmente están muy contaminadas-, la presa Madín, la presa de La Concha y otros cuerpos de agua que podrían recibir a las aves migratorias, puntualiza.