Instalan área de pérgolas para 17 puestos de venta de buñuelos en El Santuario
Fotografía: Medios - Archivo




Guadalajara, Jalisco.

La venta de buñuelos y atole blanco en el barrio del Santuario es una tradición que tiene más de 75 años.

A raíz de las obras de la Línea 3 del Tren Ligero y del Paseo Alcalde, los comercios atendidos sobre todo por mujeres, fueron desplazados del jardín.

Ahora, por fin tienen un sitio digno, al instalarse tres áreas de pérgolas, bancas, mobiliario y lonas para 17 puestos situados por la calle Pedro Loza, junto a la plaza del Santuario de Guadalupe.

El alcalde de Guadalajara, Ismael del Toro Castro, informó que se entregó ya la nueva zona comercial, donde también se venden cañas y otros antojitos.

“Se hizo un proyecto de emprendimiento y apoyo para las y los comerciantes de esta zona, pero también del concepto de orden de la ciudad. Los puestos estaban en la calle. Ya con la infraestructura que tiene la plazoleta del Santuario, pudimos desarrollar este proyecto de hacer un área de pérgolas, instalación de bancas y mobiliario que les permita el resguardo de algunos de sus insumos, el techo y las lonas, que se integran al concepto arquitectónico de la plaza”, explicó.

Al acto de entrega de las pérgolas acudieron Angelina Sonora, quien pertenece a una familia que tiene más de 75 años de preparar buñuelos y atole, así como Martha Vallejo, presidenta de la asociación Amigos del Paseo Alcalde y el sacerdote del Santuario, José Guadalupe Dueñas.

La venta de buñuelos está reconocida desde 2016 como patrimonio cultural de Guadalajara.

Los buñuelos del Santuario son diferentes a cualquiera otros. Se preparan con una masa frita y se bañan con un jarabe compuesto de piloncillo, tejocote, guayaba y hojas de higo. Se acompañan con atole blanco.


Ignacio Pérez Vega