Sr Israel Tierrafría

Por Luz Atilano

El señor Israel Tierrafría Rojas es originario de Cortazar Guanajuato, un pequeño poblado del estado de Guanajuato. Allí, cuenta, comenzó desde los trece años a trabajar en una nevería y aprendiendo la técnica artesanal y la receta para una gran variedad de sabores, fue como pudo establecer formalmente su negocio propio años después, en 1977, cuando se mudó definitivamente para Lagos de Moreno.

Aquí, cuenta, hizo su vida personal: se casó y tuvo a sus hijos, para quienes siempre trabajó en la elaboración de nieve artesanal y a quienes fue involucrando poco a poco en el negocio. Elaborando nieve, o helado, como ninguno otro en el municipio. Sobre parte del proceso, comparte lo siguiente:

«Pues aquí en Lagos, no porque me quiera levantar el cuello ni nada pero creo que soy una de las personas que hacen nieve hecha a mano y ya de eso ya no hay. Habrá alguno o dos por ahí pero no la hacen como yo la hago. Yo para hacer la nieve compro leche bruta, leche de vaca, yo la hiervo, yo la preparo… O sea yo preparo todo a mano, todo es a mano, todo es manual», comparte.

Aunque se ha colocado en distintos puntos en los más de 40 años que ha ejercido este oficio, en la actualidad se puede encontrar en la esquina entre calles Juárez y 5 de mayo, donde se coloca a diario con su carrito de madera, en el que expone además los barquillos y las cazuelitas que, dice, son elaboradas por su esposa:

«Ya la gente me ubica, la gente me conoce y pues me gusta mucha gente… y la misma gente dice que como esta nieve no hay otra y pues les digo… sí es cierto, yo le pongo pura fruta, no meto esencia más que la de vainilla, es la única que lleva, esencia de vainilla, pero de ahí en más lleva pura fruta natural».

Sabores como vainilla, plátano, chocolate, guayaba, limón, e incluso otros que sus mismos clientes le van solicitando, son su especialidad. El sabor, y que el helado sea siempre del día, lo han convertido quizá en el favorito de la clientela. Y es que, comenta que cada día es de preparación, desde muy temprano:

«Mire, yo me levanto por lo regular, casi siempre a las 5 de la mañana o a las 5 y media. Yo ya tengo la leche ahí, nada más para empezar a trabajar. Ahí tengo hielo, preparo la tina y le echo todos los ingredientes. Me voy metiendo por partes: de vainilla, de plátano, luego la de guayaba y así… y al último la de limón. Esta nieve es la día, diario diario estoy haciéndola».

Su horario de venta es, sobre todo en temporadas de calor, desde las 11 de la mañana hasta las 2:30 de la tarde. Gracias a que con los años ha podido crecer su negocio, cuenta en la actualidad con tres ayudantes, quienes se distribuyen de manera ambulante en varios puntos del municipio. Con optimismo, el señor Israel comenta lo mucho que disfruta su trabajo y que con 64 años cumplidos pueda seguir ejerciendo este oficio que dice, es todo un arte.