Muzaffarpur, India.
Con el agua hasta el pecho, portando maletas sobre sus cabezas, los residentes del Estado indio de Bihar, víctimas de las inundaciones que deja el monzón, están desesperados y hambrientos.
"Cuando muchos de nosotros, los pobres, estamos sumergidos, entonces los políticos aparecen... Pero normalmente nadie se preocupa por nosotros" afirma a la AFP Raj Majhi, un comerciante.
La casa de Majhi -como la de muchos otros- está sumergida, y solamente emerge el tejado de las aguas. Su familia ha podido huir a través de una pequeña superficie de tierra, cerca de una carretera, donde cocinan en un diminuto fogón.
Fotografía: STR
Las inundaciones son habituales en el Estado de Bihar, que suele ser uno de los más afectados por la temporada del monzón, que cada año causa destrozos y se cobra vidas humanas entre junio y septiembre.
Bihar es también una de las regiones más pobres del sur del continente asiático, y sus residentes se sienten desamparados frente al diluvio anual.
Las inundaciones de este año, causadas por torrenciales lluvias en Bihar y a lo largo de la frontera en Nepal, han sido incesantes.
Hasta ahora, 67 personas murieron solamente en este Estado, y cerca de 4.5 millones se han visto afectadas hasta ahora por las inundaciones. Y el nivel del agua sigue subiendo, imparable.
Varias chozas de paja han sido arrasadas, y muchas comunidades han quedado aisladas, ya que carreteras y puentes fueron destruidos o inutilizados por las aguas, lo mismo que los cultivos.
- Abandonados y exhaustos -
En el distrito de Sitamarhi, las aguas cubren viviendas y carreteras. Sus habitantes, abandonados a su suerte, están exhaustos, obligados a vadear entre las agitadas aguas, y esperan que la ayuda les llegue a través de las pequeñas islas o altiplanos aún no inundados.
La granjera Sonabati Devi consiguió salvar a algunas de sus cabras, pero no a muchas.
"Dejamos nuestra casa para salvarnos, y dejamos ahí todas nuestras pertenencias" dice la mujer, sentada frente a una tienda de campaña, hecha artesanalmente con material que la gente pudo salvar de las inundaciones.
"Mis hijos siguen pidiéndome comida, y me dicen que tienen hambre, pero ¿qué puedo hacer yo?", se pregunta la mujer, que logra comer solamente una vez por día, cuando se les distribuye una ración de 'khichdi', un plato hecho con lentejas y arroz.
Y cuando las aguas se retiren, a todos les quedará la terrible tarea de limpiar sus viviendas, repletas de desechos acarreados por las inundaciones.
Las lluvias torrenciales que arrastra el viento monzón se han cobrado la vida de más de 270 personas en los últimos días en el sur de Asia, y han afectado a millones de habitantes, según un nuevo balance realizado el miércoles por las autoridades de los diferentes países afectados.
Fotografía: Sachin Kumar - AFP
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