Zindah Jān, Afganistán

Unas 300 víctimas del terremoto del sábado en Afganistán fueron enterradas en una ceremonia masiva en una zona rural del oeste del país, mientras muchos todavía siguen atrapados bajo los escombros, dos días después de que el sismo provocara la muerte de más de 2.000 personas.

Dos días después del sismo, unas 300 víctimas fueron enterradas en una zona rural del oeste del país, donde familias enteras fueron destrozadas por el sismo.

"Hay familias en las que no queda nadie vivo. Los sacaron otras personas. No queda nadie, ni una mujer, ni un niño, nadie... había una familia que tenía a sus veinte miembros bajo los escombros.

Sólo quedan dos de ellos, ya que estaban en la ciudad. Cuando volvieron, encontraron a veinte de sus familiares bajo los escombros".

Mientras algunos se despiden de sus familiares, otros siguen cavando intentando encontrar sobrevivientes entre los escombros.

Los sismos son frecuentes en Afganistán, pero el del fin de semana fue el más mortífero que azotó el país en más de 25 años: el terremoto de magnitud 6,3, al que siguieron ocho réplicas, provocó la muerte de más de 2.000 personas.

La mayoría de las casas rurales del país están hechas de ladrillos y madera. Varias generaciones suelen vivir bajo el mismo techo.

• Según Naciones Unidas, en 11 aldeas del distrito rural de Zenda Jan, situado a unos 30 kilómetros al noroeste de la ciudad de Herat, el 100% de las viviendas quedó destruido.