Maestro Gerardo Alonso Torres Ávalos en su laboratorio
Por Luz Atilano
Incursionando en el área de la investigación científica y tecnológica, el campus en Lagos de Moreno del Instituto Tecnológico José Mario Molina Pasquel y Henríquez cuenta en la actualidad con varios proyectos en proceso, seis de los cuales se encuentran en evaluación por el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) y la World Intellectual Property Organization (WIPO) para la obtención de sus patentes o registro de invención.
A cargo de estos trabajos se encuentra el ingeniero químico y maestro en Ciencias Químicas por la Universidad de Guadalajara, Gerardo Alonso Torres Ávalos, quien desde 2007 se desempeña como profesor de tiempo completo e investigador en el Tec Lagos.
“Tengo alrededor de 20 horas (a la semana) asignadas para proyectos de investigación y a lo que me he dedicado en los últimos años es a trabajar con cosas relacionadas a la propiedad intelectual. Tengo varias que han arrojado como producto solicitudes de patente. Ahorita tenemos seis solicitudes de patentes: tres solicitudes para patente nacional y tres para el PTC, que es un tratado en materia de cooperación para patentes, para propiedad intelectual. Esas solicitudes de patente ya presentaron en una oficina internacional de patentes en Chile y las otras ya están presentadas en el IMPI, ya se tiene un registro de la solicitud de patente y ahorita estamos en un periodo en el cual nos están evaluando personal del IMPI, están evaluando los proyecto para dar o entregar el título de las patentes”, comparte.
Dos de estos proyectos están relacionados con la cosmética. Se trata de dos composiciones: una fórmula exfoliante a base de fenol, cuya novedad es la formación de su compuesto con ácido cítrico; y una fórmula reestructurante para el cabello que involucra tres compuestos químicos distintos que reaccionan con un tratamiento térmico para mejorar la textura y varias de sus propiedades.
Maestro Gerardo Alonso Torres Ávalos
Por otro lado se encuentran el proceso para síntesis de un material utilizado en la fabricación de hidrogeles (muy usados en materiales absorbentes como pañales y toallas femeninas); un tratamiento de fibras poliméricas para inactivar el virus de la influenza y la creación de un fármaco para atención de herpes labial. Pero el invento que según Torres Ávalos, pudiera tener un mayor impacto social y medioambiental, es una formulación con aplicación en orgánica animal:
“Es una formulación para solidificar sangre animal. Hace como unos tres años más o menos nos contactaron de un rastro de aquí de la región, donde tenían un problema medio grave porque generaban 3 mil litros de sangre por día y esa sangre la tiraban… y pues contamina bastante, no sabían qué hacer y entonces diario los multaban, tenían que estar pagando alrededor de 10 mil pesos diarios para no tener problemas. Y entonces fuimos a trabajar con ellos y desarrollamos la formulación. Esta formulación consiste en una serie de compuestos, de componentes, que hacen que la sangre se solidifique… Y ahí pues tiene importancia medioambiental porque ya no van a estar tirando la sangre y esa sangre solidificada se puede vender, se puede utilizar como alimento para peces, para ciertos animales y si no, se puede utilizar también como un aditivo para las croquetas de los perros. Entonces, ahí pues tiene más importancia, más impacto ambiental y social también”.
Innovadores, con nivel inventivo y aplicación industrial, los seis proyectos han llevado varios años de labor al investigador y a su equipo de trabajo. Lograr los títulos de patente, añade, permitiría su comercialización y aplicación a través de la transferencia de sus tecnologías de impacto nacional e internacional.