Sin esfuerzo no hay gloria: los luchadores chinos buscan reconocimiento
WANG Zhao / AFP




Meizhou, China

¿Su cuadrilátero? Un cuadrado embarrado rodeado de tallos de bambú. En China, los luchadores sueñan con el reconocimiento de este deporte-espectáculo típicamente norteamericano y que aún es desconocido en el gigante asiático.

Decidido a convertirse en luchador profesional, Wang Tao abandonó su hogar a los 17 años, pese a ser consciente de que el camino no sería fácil.

Tuvo que enfrentarse al rechazo de sus allegados, buscar un trabajo alternativo para subsistir... sin contar las horas y horas de entrenamiento en condiciones rudimentarias.

Su esfuerzo se ha visto recompensado: es el campeón 'Belt and Road', nombre que recibe el proyecto de desarrollo chino de infraestructuras por todo el mundo, llamado 'La Franja y la Ruta' en español.

  • Sin embargo, la lucha china apenas logra encontrar un público fiel y un equilibrio financiero.

"He hecho todo tipo de trabajos ocasionales porque al final es muy difícil ganar suficiente dinero para vivir únicamente de la lucha"

, admite Wang Tao a la AFP.

Pero "nunca renuncié a mi sueño, que es hacer que cada vez más gente sepa que en China también se practica la lucha", añade el joven de 23 años.

La lucha o 'catch', muy popular en Estados Unidos y bajo la tutela de la poderosa organización World Wrestling Entertainment (WWE), mezcla proezas deportivas con una puesta en escena melodramática y un vestuario colorido, para una cifra de negocio anual que supera los 1.000 millones de dólares.

- Adicción -

La pasión de Wang Tao nació cuando el joven vio la película 'The Wrestler' ('El luchador'), con Mickey Rourke. Dejó entonces el liceo para ir al norte del país a entrenarse con otros aficionados del 'catch'.

"Traté de explicárselo a mi familia (...) pero nadie estaba de acuerdo, nadie me entendió ni me apoyó"

, lamenta.

Con el paso de los años se han hecho ya a la idea, pero siguen esperando que encuentre "un trabajo normal".

Hay que admitir que las sesiones de entrenamiento de Wang Tao son cualquier cosa menos normales.

En medio de la naturaleza, en el sur de China, el luchador y su compañero Chen Wenbin se golpean con violencia, rebotan en los tallos de bambú que rodean el precario cuadrilátero y caen a un suelo embarrado, bajo la mirada de algunos aldeanos asombrados.

En una ciudad vecina han construido un verdadero "ring" sobre un terreno de una fábrica cuya construcción nunca llegó a acabarse. Es en ese espacio desde donde difunden en directo sus entrenamientos.

  • Aunque los golpes sean simulados, con movimientos coreografiados y un resultado decidido de antemano, Wang Tao ya ha sido noqueado en un combate.

Y las condiciones precarias para practicar esta disciplina en China no ayudan: Chen Wenbin recuerda cuando actuaba principalmente en bares, con "un suelo duro" en el que era "fácil lesionarse".

Pero como dice Wang Tao, la adicción es demasiado fuerte para dejarlo. "Me gusta tanto que no es grave si me lesiono. Voy a continuar".

- "Más aficionados" -

Recientemente, participó en la 'Supercard from Shanghai', una competición organizada por un promotor local, Middle Kingdom Wrestling (MKW).

Accediendo al cuadrilátero por una alfombra roja, apareció transformado: cabello liso y peinado hacia atrás y con una chaqueta negra de escamas, nada que ver con el dulce y tímido Wang Tao en su vida diaria.

Saltando como un gato por encima de las cuerdas, se puso a rugir frente a un público entusiasta y, al término de un trepidante combate a cuatro, frente a un chino, un húngaro y un emiratí, logró conservar el título de campeón  'Belt and Road'.

Es cierto que el público fue escaso, quizás 400 personas como máximo, pero sus gritos, la música estridente y el juego de luces aseguraron el espectáculo.

"Claramente tenemos más aficionados, nos sigue más gente que antes", asegura Adrian Gomez, un tejano de origen latino con más de una década de residencia en China, fundador y promotor de MKW, que espera que "más personas puedan vivir" de la lucha profesional.

Pero las cifras de audiencia siguen siendo modestas. Apenas 125.000 internautas siguieron la velada de la Supercard, una gota en el océano chino.

Pese a todo, el potencial existe. En la aplicación de videos cortos Douyin (la versión en China de Tiktok), WWE China cuenta con cuatro millones de abonados y a cerca de 36 millones de personas les gustan los contenidos.

"El mercado es enorme en China, pero aún no lo hemos abierto completamente" al 'catch'.

Suspira Chen Wenbin tras perder su pelea en Shanghái: con la cara pintada de negro, fue lanzado fuera del cuadrilátero, sobre una mesa primero y luego sobre una fila se sillas por 'The Slam', el pionero de la lucha en China.