El Museo Africano de Bruselas estudia el origen de sus colecciones
Una persona asiste a una presentación para la prensa antes de la inauguración de la exposición ReThinking Collections en el AfricaMuseum de Tervuren, al noroeste de Bruselas, el 17 de enero de 2024. (Foto de JOHN THYS / AFP)




<app-location-line>Bruselas, Bélgica.</app-location-line>

El principal museo belga dedicado a África inició una investigación sobre el origen de sus enormes colecciones - muchas de ellas expoliadas durante la época colonial-, como parte de un proceso de restitución.

"Queremos conocer mejor el origen de objetos, y ver si podemos establecer los que han sido obtenidos por robo, violencia, o por manipulación", dijo a AFP Bart Ouvry, director del enorme Museo Real de África Central, situado en Tervueren, en las afueras de Bruselas.

En febrero de 2022 fue entregado a las autoridades de la República Democrática del Congo (RDC), una antigua colonia belga, un inventario de más de 80.000 objetos culturales, en un listado que incluye esculturas, máscaras, utensilios e instrumentos musicales.

Poco después, Bélgica adoptó una ley que regula la restitución de los bienes saqueados entre 1885 y 1960, período durante el cual el Congo, el territorio de la actual RDC, fue propiedad personal del rey belga Leopoldo II y luego se convirtió en colonia hasta su independencia.

  • De acuerdo con Thomas Dermine, el secretario de Estado belga encargado del caso, hasta ahora la RDC no ha presentado ninguna solicitud de restitución.

Después, se debería constituir una comisión mixta de expertos belgas y congoleños para decidir si fue legítima o no la adquisición de los objetos.

La famosa estatua del jefe Ne Kuko -parte de una exposición sobre este tema, titulada "Rethinking Collections" (Repensar las colecciones), que se inaugura el jueves - es uno de los símbolos del despojo colonial.

"La diáspora congoleña convirtió a esta estatua en un emblema de la necesidad de restitución", comentó Agnès Lacaille, una de las comisarias de la exposición.

El comerciante belga Alexandre Delcommune se hizo con la estatua durante un ataque lanzado contra los jefes de Boma, una zona del oeste congoleño, en 1878, para castigarlos por haber introducido un aumento de impuestos en sus rutas comerciales.

El historiador Didier Gondola recordó que en esa época los objetos eran "recolectados" por soldados, funcionarios y hasta por misioneros.

"Se ha creado un vacío" 

Los pedidos de restitución de objetos sacados de África se remontan a la década 1960, cuando el dictador Mobutu Sese Seko formuló reclamos por una exposición en Estados Unidos con objetos congoleños procedentes de colecciones belgas.

  • Ya a fines de la década de 1970, Bélgica había devuelto el país, entonces Zaire, 114 objetos, pero sobre todo piezas de menor importancia.

Según Gondola, "en la época de Mobutu, por ejemplo, los europeos decían: 'Les estamos haciendo un favor, porque estamos preservando sus objetos'", aunque argumenta que esa visión debe quedar superada.

"Las cosas han cambiado. En Kinshasa hay un museo muy bonito, tan moderno como éste [el que está en Bélgica], y donde todavía hay espacio para que estos objetos se reintegren al patrimonio nacional", afirmó.

Por lo tanto, "ese miedo no debería servir como justificación para demorarnos en emprender una restitución rápida y efectiva", agregó el historiador.

En 2022, antes de la votación de la ley de restitución, una máscara gigante "kakuungu", utilizada para los ritos de iniciación del pueblo suku, fue prestada por un "período ilimitado" al Museo Nacional de la República Democrática del Congo.

  • El propio rey de los Belgas, Felipe, presentó la máscara durante una visita a la capital congoleña, en la que expresó su "profundo pesar" por el período colonial.

Sarah Van Beurden, otra comisaria de la exposición en Bruselas, destacó que a veces el objeto en cuestión está relacionado un patrimonio cultural inmaterial, como ciertos instrumentos musicales.

Van Beurden mencionó un xilófono "manza", sacado entre 1911 y 1912 de la provincia congoleña de Bajo Uele.

"Cuando eliminamos un objeto como este xilófono, eliminamos la posibilidad de que una comunidad mantenga costumbres culturales", explicó la experta.

"Podemos devolver un objeto, pero no podemos restaurar lo que esta comunidad ha perdido, se ha creado un vacío", afirmó.

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