El ex líder socialdemócrata alemán visita a Lula y critica su juicio




Río de Janeiro, Brasil.

El antiguo líder de los socialdemócratas alemanes y ex presidente del Parlamento Europeo Martin Schulz visitó ayer a Luiz Inácio Lula da Silva en la prisión donde el ex jefe de Estado brasileño, favorito para las elecciones presidenciales de octubre, está preso desde abril.

"Estoy aquí para expresar mi solidaridad con el PT (Partido de los Trabajadores) y con su candidato", dijo Schulz al salir de la cárcel donde Lula está recluido en Curitiba, en el sur de Brasil, y criticó luego el encarcelamiento del ex presidente, un caso que tiene en vilo desde hace meses al gigante sudamericano.

"No me corresponde juzgar las sutilezas jurídicas en Brasil, pero está claro que las circunstancias de este juicio contra Lula lanzan una luz de duda sobre este proceso", dijo el ex presidente del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD).

"No estoy aquí para juzgar lo que hace la Justicia brasileña, pero ningún poder del mundo puede evitar que le crea a un hombre que conozco desde hace muchos años y en el que confío", agregó Schulz.

Con su visita, el que fuera presidente de la Eurocámara (2012-2017) y rival de la canciller Angela Merkel en los últimos comicios generales alemanes, quiere aumentar la presión internacional para que Lula pueda ser candidato en las elecciones presidenciales del 7 de octubre.

Aunque está inscrito oficialmente como candidato, se espera que un tribunal electoral excluya en los próximos días la postulación de Lula en virtud de la llamada "Lei da Ficha Limpa" ("Ley de expediente limpio").

La norma, promulgada por el propio Lula en 2010, prohíbe aspirar a cargos públicos a personas condenadas en segunda instancia.

El ex presidente brasileño (2003-2010) purga desde abril una condena a más de 12 años de cárcel por corrupción en un juicio vinculado con la megacausa "Lava Jato" (Lavado de autos").

Lula fue declarado culpable de haber aceptado la renovación de un lujoso apartamento en Guarujá, en el litoral de Sao Paulo, a cambio de favorecer a la constructora OAS en sus negocios con la petrolera estatal Petrobras.

El ex mandatario niega las acusaciones y acusa a las "élites de derecha" de querer -impedir de esa forma su regreso- al poder

El juicio es controvertido, en parte porque Lula no llegó a comprar el apartamento, y también por la dureza de su condena, mientras otros políticos acusados por "Lava Jato" no han sido llevado a juicio aún.

En las últimas semanas, Lula recibió apoyos destacados del extranjero y visitas en la cárcel, entre ellas del ex presidente uruguayo José Mujica y el ex jefe de Estado colombiano Ernesto Samper.

Martin Schulz visita Lula da Silva Fotografía: Miguel Schincariol / AFP

Hace dos semanas, el Comité de Derechos Humanos de la ONU pidió también al Gobierno de Brasil que garantice a Lula el ejercicio de "sus derechos políticos" y que le permita ser candidato, mientras su caso siga abierto, poniendo además énfasis en pedir "procesos judiciales justos". Lula tiene aún la posibilidad de apelar en dos instancias superiores.

"Brasil, como un país que jugó un papel importante en Naciones Unidas, haría bien en tomarse en serio y aplicar las recomendaciones del Comité de la ONU en relación con el caso Lula", dijo ayer Schulz.

Lula, de 72 años, es un ícono de la izquierda y sigue siendo altamente popular entre las clases más pobres debido al "boom" económico durante sus dos Gobiernos y el éxito de sus programas sociales.

Las últimas encuestas le dan a Lula hasta el 39% de los apoyos, más del doble de lo que alcanza el segundo colocado

El drama de Lula, sin embargo, divide al país, porque buena parte de las clases medias y altas rechazan al ex presidente. Los escándalos de corrupción de "Lava Jato" han sumido a prácticamente toda la clase política en el descrédito.

La crisis institucional ha alimentado el ascenso en las encuestas de Jair Bolsonaro, un ex militar de ultraderecha que hace apología de la última dictadura militar en Brasil (1964-1985).

Bolsonaro, calificado a menudo como el "Donald Trump brasileño" por su discurso populista y nacionalista, marcha segundo en las encuestas con hasta el 19% de los apoyos y pasa a liderar los sondeos en un hipotético escenario sin Lula.

"Creo que las elecciones en Brasil serán importantes no sólo para Brasil sino para toda el subcontinente latinoamericano y para todo el mundo", dijo Schulz, que abogó también por una política de cooperación internacional y multilateralismo.

"En estas elecciones se trata también de ver si conseguimos que Brasil vuelve a ser un motor para la democratización en este país y en todo el mundo", agregó.

El Tribunal Superior Electoral (TSE) de Brasil tiene plazo hasta el 17 de septiembre para pronunciarse respecto a la candidatura de Lula.

Se espera que el nombre del próximo presidente del gigante sudamericano se conozca en una segunda vuelta el 28 de octubre.