Por Tatiana Sánchez
La comunidad rural Paso de la Mesa, ubicada a las faldas de la Mesa Redonda y cada año un paso obligatorio para peregrinos que se dirigen a San Juan de los Lagos, carece de servicios públicos más que indispensables. Motivo por el que sus habitantes resienten el abandono de las autoridades sobre todo al hablar de educación, salud y del estado de sus calles, sobre las que habla María Guadalupe Márquez Navarro, agente municipal:
“Las más importantes es el arreglo del camino porque en tiempos de lluvia se pone muy feo, se pone chocloso el camino, no se puede salir a gusto al pueblo, aquí en la comunidad hay muchas necesidades, tenemos los baños del kínder para hacerse, en la primaria un domo, aquí usted ve que es pura piedra, queremos que nos pavimenten, que se meta parte de drenaje que hace falta”.
Pero quizá la necesidad más apremiante es la que a salud se refiere, pues la comunidad no cuenta con casa o centro de salud. Situación por la que, señalan los habitantes, se ven obligados a trasladarse en cada emergencia hasta los hospitales de la cabecera municipal:
“Un centro de salud, que es lo primero… aquí en el otro ranchito sí hay y aquí no hay nada. A veces, como en las aguas que estamos lejos de Lagos y no hayamos en qué ir, a veces se nos pone difícil. Está más grandecito aquí y aquí no hay nada de eso”.
“Aquí no tenemos nada, el que tiene mucho salud es allá de aquel lado del río, el municipio de La Unión tiene centros en todos los ranchitos y tiene mucha atención y tiene un tráiler móvil para traer doctor y buena medicina, nada más nos divide el río pero aquí no tenemos nada…, nos cobran 30 pesos de consulta pero la medicina sí nos la dan, pero nos da vergüenza también que siendo de acá de Lagos no nos apoyen nada, estamos mal con eso de la medicina, hace falta… les hemos pedido pero no hacen nada”.
“Aquí servicios no hay de salud, de eso tiene que ir al seguro a Lagos, aquí no hay servicios de salubridad, cuando hay una emergencia tiene que rifársela uno en la noche o en la madrugada a la hora que sea, no hay más”.
“Uh, pues hace falta muchas cosas, un ataque le dé a uno, lo que sea, y ¿quién lo atiende?, porque no hay, hasta que se va uno a Lagos… mientras se muere, ¿usted cree?”.
Aunadas a la falta de espacios de salud en la comunidad, se encuentran la del servicio de educación secundaria y de vialidades de acceso, pues aunque la población en edad escolar no es mínima, los jóvenes deben acudir a la comunidad vecina “La Trinidad”, perteneciente a Unión de San Antonio. Lo que en repetidas ocasiones se ve interrumpido, ya que a pesar de que la escuela se encuentra tan sólo a unos metros de su comunidad, llegan a perder hasta semanas de clases (lo mismo que trabajadores, días de empleo), cuando las aguas del río suben e impiden completamente el paso de un lado a otro:
“Secundaria no hay aquí, van al otro ranchito, los que van, vienen también de otro racho, cuando sube el río no pueden pasar, pierden los días de escuela según lo que dure crecido”.
“Aquí nomás hasta sexto de primaria ya la secundaria está en otro ranchito de aquel lado, ahí hay primaria, preparatoria y todo… (pero) hay días que no pasan, si estuvieran aquí presente estaría mejor, hay muchos niños, demasiados, lo que pasa que unos se van para un lado y otros para otro”.
“La mayoría de los muchachos del Paso de la Mesa trabajan para el lado de la Unión, entonces cuando crece el río no pueden pasar y se les ha pedido también de que si nos pueden apoyar con un puente peatonal, para que se les haga más fácil pasar, trasladarse para aquel lado, pero tampoco nos dan respuesta”.