Madrid, España.
El año 2024, marcadamente electoral, ha sido escenario de numerosas campañas de desinformación para tratar de influir en la ciudadanía: desde las falsedades que fluyen en las redes y luego son replicadas por las élites políticas, como en EE.UU., a las injerencias extranjeras que viran resultados electorales, como en Rumanía.
Más de 3.700 millones de personas estaban llamadas a las urnas durante este 2024 en unos 70 países, una circunstancia que las campañas de desinformación organizadas han aprovechado para tratar de influir en los resultados de algunas de las democracias más sólidas del mundo.
Como la europea o la estadounidense, u otras estratégicamente relevantes, como Rumanía o Georgia.
Fantasmas de fraude electoral y el altavoz político
Durante las elecciones de EE.UU. las campañas de desinformación fueron especialmente beligerantes contra la candidata demócrata Kamala Harris.
Atacada a través de teorías de la conspiración que trataban de vincularla al rapero Sean “Diddy” Combs, acusado por explotación sexual y trata de personas, una narrativa muy similar a la utilizada contra Hillary Clinton en 2016 y su falsa vinculación a delitos sexuales de los casos Epstein y “Pizzagate”.
Pero además, la proliferación de falsedades sobre la integridad del sistema electoral estadounidense, promovidas por el propio candidato republicano, Donald Trump, y el dueño de X, Elon Musk, se dispararon durante las semanas previas a los comicios y en la propia jornada electoral.
La misma tarde de las elecciones, Trump publicó en su red, Truth Social, que se hablaba “mucho de trampas masivas" en el estado clave de Pensilvania, una afirmación totalmente infundada que encajaba con la estrategia que durante meses Musk y su:
“Comunidad de Integridad Electoral”, formada por unos 65.000 usuarios, amplificaron en X.
En el caso de EE.UU., “la desinformación vertida por la élite política fluctúa hacia la circulación anónima en línea. Y realmente se refuerzan mutuamente. Las redes sociales se convierten en una especie de campo de pruebas y aquellas (falsedades) que tienen más éxito se incorporan a los discursos políticos.
Ese es el mecanismo por el cual estos rumores dañinos se refuerzan y amplifican”
- Apunta Lucas Graves, investigador académico de la Universidad de Wisconsin-Madison.
Un estudio realizado por el diario The Washington Post y otro de la cadena CBS demostraron cómo las afirmaciones en redes sobre que el sistema electoral estadounidense estaba “amañado” se desvanecieron en redes en cuanto Trump fue proclamado como claro vencedor.
Graves, especializado en desinformación, considera en conversación con EFE Verifica que la narrativa sobre fraude electoral fue una de las más importantes durante la campaña, junto al reiterado interés de criminalización de los migrantes.
El experto explica que los estudios realizados sobre la posible injerencia rusa a través de narrativas desinformadoras en 2016 demostraron que esta tuvo un impacto leve en los resultados pero, a su juicio, el peligro de la desinformación en EE.UU. tiene más que ver con cómo las élites políticas están acompañando y amplificando los falsos discursos que se propagan en redes, donde tanto Trump como Musk juegan un papel decisivo.
La desinformación en Europa, una constante más allá de las urnas
Las elecciones al Parlamento Europeo de junio sirvieron de termómetro para medir la resistencia de la UE ante la desinformación y la injerencia extranjera, especialmente de Moscú, que ya se detectó en los comicios de 2019 y que se ha recrudecido desde la guerra de Ucrania.
Según explica a EFE Verifica Jorge Tuñón, catedrático en Periodismo de la Universidad Carlos III (UC3M) y autor de una investigación sobre bulos y estrategias de desinformación detectadas en estas elecciones, la cita electoral afrontó “menos cantidad de desinformación” de la prevista
Sin embargo, esto fue producto de que las estrategias desinformativas no se concentraron solo en el período electoral, sino que han sido candentes a lo largo de toda la legislatura.
En este sentido, Rocío Sánchez del Vas, docente y miembro del equipo de la misma investigación en la UC3M, precisa que en el período electoral destacaron las falsedades relativas a las instituciones europeas, pero también la desinformación racista y que niega el cambio climático en pos de alimentar el discurso “antieuropeista”.
Sobre la posible injerencia extranjera, Tuñón quien también es catedrático Europeo Jean Monnet en Comunicación y Desinformación, explica que, si bien en un principio los agentes extranjeros difundían la desinformación directamente en territorio europeo, ahora buscan “desestabilizadores nacionales” a los que proveer de estrategias y contenidos para que funcionen de altavoz de sus intereses.
El caso de Rumanía
El Servicio Rumano de Inteligencia (SRI) certificó que la campaña presidencial del prorruso Calin Georgescu, vencedor inesperado en la primera vuelta en Rumanía con casi el 23 %, estuvo respaldada por una estrategia de injerencia con un “modo de operar de un actor estatal”, al que no nombra, pero que los expertos atribuyen al Kremlin.
El papel de TikTok en esta operación es la clave, ya que la plataforma priorizó la difusión de contenidos de candidatos alternativos como Georgescu para ganar prominencia, ahorrándoles las importantes inversiones publicitarias requeridas en plataformas como Meta.
Un informe preliminar publicado por el Observatorio Búlgaro-Rumano de Medios Digitales (BROD, en inglés) arrojó que los principales partidos políticos gastaron aproximadamente 4,94 millones de euros en anuncios de Meta durante el mes previo a las elecciones
Mientras que los esfuerzos publicitarios de Georgescu en Meta fueron mínimos, con sólo 25 anuncios políticos activos en los últimos 30 días previos a las elecciones.
En cambio, asegura el informe, Georgescu:
“aprovechó el diseño algorítmico de TikTok, explotando narrativas de extrema derecha que eludían las reglas de transparencia para la publicidad política”.
El SRI reveló que una red de 25.000 cuentas de TikTok fue activada dos semanas antes de la primera vuelta presidencial del 24 de noviembre y aunque muchas de estas cuentas habían sido creadas en 2016, su actividad fue mínima hasta noviembre de 2024, cuando se movilizaron para promover a Georgescu.
Más allá de las elecciones, el año también ha tenido otros hitos de la desinformación como la espectacular campaña de falsedades vertidas sobre las inundaciones de España y los conflictos bélicos de Ucrania y Oriente Próximo.
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