Por Roberto Castelán López
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Los pájaros carpinteros conforman una sola familia conocida como picidae, y aunque hay aves parecidas como los trepatroncos, las adaptaciones de los carpinteros son únicas, y les permite desarrollar un papel ecológico fundamental en el equilibro de los ecosistemas. Se conocen más de 200 especies en todo el mundo, de las cuales 23 habitan en México. En Lagos de Moreno y sus alrededores, están registradas las especies Melanerpes uropygialis y Melanerpes aurifrons, ambos adaptados para la vida en regiones áridas.
Entre las características principales de estas aves, destacan sus adaptaciones para trepar y golpear la madera. Los dedos de sus patas están dispuestos en dos para adelante y dos para atrás, una condición conocida como pie zigodáctilo. Los tarsos son fuertes y generalmente cortos, para mantenerlo cerca del tronco incluso cuando este es completamente vertical.
Fotografía de Roberto Castelán López, Carpintero
El pico en forma de cincel, es robusto y está perfectamente diseñado para perforar la madera de diferentes especies de árboles. La lengua larga y tiesa les ayuda a buscar y capturar insectos que son su principal fuente de alimento. La morfología funcional de su cráneo nos ayuda a explicar cómo es que no sufren daños cerebrales con tales colisiones a la madera; para empezar, no tienen el cerebro tan cerca de las paredes óseas del cráneo, un tejido esponjoso y muy denso ayuda a amortiguar el golpe en toda su superficie. Además, tiene diferentes grupos musculares que refuerzan la cabeza y rodean el cerebro para que la superficie de impacto sea mayor y no se concentre en un solo punto. También por la parte etológica se pueden observar comportamientos destinados a esta actividad de ametrallar la madera, y para evitar lastimarse las conexiones nerviosas con cada golpe, los pájaros practican dónde y cómo van a asestar el picotazo, de modo que este sea completamente recto y no se produzcan contorsiones en las vértebras cervicales.
Hablando de las especies que podemos encontrar en Lagos de Moreno, son dos principalmente, los ya mencionados carpinteros pechileonados, del género Melanerpes. Ambos presentan una estructura corporal alargada y son relativamente grandes, midiendo hasta 250 milímetros de longitud. Tienen el dorso rayado figurando el patrón de una cebra, al volar se puede apreciar un parche amarillo en el ala para la especie uropygialis, y para la especie aurifrons, se observa un parche blanco. En la cabeza se encuentra la característica que diferencia estas dos especies, ambas poseen una gorra roja, pero el macho de la especie aurifrons, presenta la cabeza y las partes bajas del cuerpo de un color gris pálido y el penacho y la nariz color amarillo.
Fotografía de Rick y Nora Bowers, recuperada de www.audubon.org
Su dieta predominante son los insectos de la madera. Para ciertas especies vegetales su actividad puede ser beneficiosa ya que controla la propagación de plagas e insectos nocivos para el ecosistema. Son especies comunes y se les puede observar todo el año, o sí bien no observar, saber de su presencia al escuchar el golpeteo en los árboles.